Israel Rivera
Agencia Reforma
Si cada que inicia un nuevo año se da cuenta de que las fiestas decembrinas, además de alegrías y buena vibra, le dejaron 4 kilos de más y un terrible reflujo gastroesofágico es momento de hacer un cambio en su estilo de vida para que esos problemas dejen de ser una tradición.
Es difícil negarse a probar los romeritos, el pavo o el bacalao, señala la nutrióloga Blanca Saint Martin, pero el problema no radica en probarlos, sino en el abuso al consumirlos. Según la especialista, tras las fiestas decembrinas una persona puede terminar con una talla de ropa extra. “Y si, en promedio, se queda con 1 o 2 kilos por año, imagínese en 10 años cuantos kilos ya subió. Cada kilo de peso acumulado representa 7 mil calorías y eso es lo que se debe de comer aproximadamente en 4 días, por eso bajar un kilo no es un chiste, es todo un reto para el cuerpo”, señala la directora operativa de NutriCare Consulting. Además, buena parte de las personas sufre la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE), relacionada con la alimentación y los malos hábitos de vida. El gastroenterólogo Rafael Pérez Huacuja, explica que este padecimiento es causado por el retorno del contenido gástrico, que es altamente irritante y dañino, hacia el esófago, y a veces hasta la boca, lo que produce una sensación de quemadura y ardor. La ERGE es tan común, que en promedio 4 de cada 10 mexicanos la padecen, comenta Pérez Huacuja; cerca de 40 por ciento de las personas presenta esta condición una vez al mes. “Pero además impacta la calidad de vida de los pacientes, porque es muy común que les afecte en la noche, las agruras y la regurgitación les quitan el sueño y al no poder dormir esa persona no va a tener un día productivo”, agrega el médico de consulta privada certificado por el Colegio Mexicano de Gastroenterología. “Yo soy de la idea de que en la vida podemos comer de todo, pero eso sí, debemos aprender a hacerlo, hay que aprender a convivir con la comida, hay que tener un equilibrio”, apunta Saint Martin.