Si duele, ¿hay que seguirle?

Agencia Reforma

Difícilmente alguien que practica un deporte, ya sea en forma profesional o simplemente por cuidar la salud y el físico, se escapa de sufrir una lesión en las extremidades inferiores o superiores.

José Luis Nilo Hernández, médico especialista en medicina del deporte y rehabilitación, explica que la falta de un calentamiento y estiramiento antes de iniciar la rutina de ejercicios produce una lesión en el sistema muscular o tendineo, que puede desencadenar desde una simple distensión de un músculo hasta un desgarre.

Los atletas que trotan, saltan o practican aeróbicos son quienes están más expuestos a las lesiones en las extremidades inferiores y, si traen un defecto en la pisada, a pesar de que toda la vida hayan hecho ejercicio de impacto, causará que se deformen más los pies, las piernas y las rodillas.

“Si no tienen los arcos de los pies correctos, están caídos (pie plano) o muy pronunciados (pie cavo bilateral) y eso va a originar que no apoyen correctamente al trotar, por lo que también se pueden originar dolores en la cintura, espalda, cuello, rodillas y tobillos”, explica el médico con del zapato para corregir el defecto y que no afecte la columna vertebral.

Las lesiones que se presentan en los hombros son consecuencia de la práctica de deportes en los que se requiere el uso de esa parte superior del cuerpo, como levantamiento de pesas, raquet o natación. Algunas contusiones que se pueden observar son bursitis suldeltoidea, distensión de los ligamentos del hombro, desgarres musculares y contracturas musculares.

En los codos se pueden presentar lesiones por el uso excesivo de éstos, como en el golf y tenis. “O simples desgarres en las extremidades superiores por falta de calentamiento y estiramiento, o en alguien que no le da recuperación al cuerpo”.

Nilo Hernández recomienda que si alguien sólo se dedica a realizar ejercicios cardiovasculares, como trotar, correr o aeróbicos, debe complementarlos con los de fuerza muscular, es decir, las pesas.

“Si no se fortalecen ciertas áreas del cuerpo, éste se va a deformar.

Simplemente, al trotar, hay que flexionar el tronco hacia adelante y, si entrenas dos horas diarias y no compensas con ciertos ejercicios para la columna vertebral, esa posición que se adquiere al trotar puede deformar la cintura y los hombros y traer como consecuencia que el individuo se empiece a jorobar”, señala el excatedrático de la UdeM y la UANL.

Por eso insiste en que se orienten en cómo compensar las áreas débiles del cuerpo a consecuencia de un mal entrenamiento.

“Por ejemplo, el que practica raqueta, al dar entre 4 mil y 5 mil golpes con el lado derecho, si no compensa el lado izquierdo con ciertos ejercicios, la columna también se puede deformar”