Dulces sueños… Sólo para algunos

Paloma Villanueva

Agencia Reforma

¿Roncas al dormir?, ¿te cuesta trabajo conciliar el sueño?, ¿te sientes cansado y somnoliento durante el día? Estas pueden ser algunas señales de que tu calidad de descanso está siendo afectada por algún trastorno.

Reyes Haro Valencia, director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM, refiere que, de acuerdo con datos epidemiológicos oficiales, entre el 30 y el 36 por ciento de los mexicanos sufre alguna alteración.

Las razones van desde problemas anatómicos heredados, estilos de vida frenéticos llenos de estrés, problemas económicos o familiares, haber vivido una experiencia traumática o padecer una enfermedad crónico degenerativa, como la obesidad.

Los adultos deben dormir por lo menos siete horas al día, señala el somnólogo y neurofisiólogo, porque el organismo lleva a cabo funciones muy importantes durante el sueño, más allá del descanso, como reforzar el sistema inmunológico y secretar la hormona del crecimiento, así como las hormonas que regulan el metabolismo.

Cuando dormimos también se activan funciones neuropsicológicas, de modo que consolidamos lo que aprendimos en el día y activamos los procesos de memoria.

“Los indicadores de que no estamos durmiendo correctamente son la fatiga y el cansancio durante el día, si hay dolor de cabeza, de cuello o de nuca, si hay necesidad de consumir cafeína o algo que nos mantenga alertas, si tardamos mucho en quedarnos dormidos o si roncamos y nos despertamos continuamente”, detalla el especialista.

Los trastornos más comunes, de acuerdo con Haro Valencia son la apnea obstructiva del sueño, el insomnio y el trastorno del ritmo circadiano.

Apnea obstructiva del sueño

Roncar no es normal. Esta afección indica que la persona no está respirando adecuadamente mientras duerme, dice el especialista en trastornos del sueño Reyes Haro.

Sin embargo, México es un País de roncadores, pues esta alteración se relaciona con el sobrepeso y la obesidad.

“Se ronca por una anomalía anatómica alrededor de la garganta, en los músculos que están dentro, los tejidos blandos, las amígdalas, la úvula, el velo del paladar; cuando alguna de estas estructuras está crecida, al relajarse, esos tejidos cuelgan y al paso del aire provocan una vibración y ahí viene el ronquido”, explica.

Pero el problema va mucho más allá del incómodo sonido, el ronquido significa que el flujo de aire no es normal y que no entra suficiente oxígeno a los pulmones mientras dormimos.

“Sin que el paciente se dé cuenta, se mueve para jalar aire por la falta de oxígeno, el ronquido lleva a algo que se llama apnea, que significa dejar de respirar, eso es lo que provoca un ronquido no atendido a tiempo”, advierte.

El ronquido y la respiración interrumpida impiden a la persona tener un sueño profundo, por lo que durante el día se siente cansada y somnolienta, le cuesta concentrarse y tiene problemas de memoria.

Las pausas respiratorias graves que no se atienden, subraya Haro, vienen acompañadas de cambios marcados en la frecuencia cardiaca que, a la larga, pueden traducirse en hipertensión arterial; lo que deriva en males cardiacos con riesgos como infartos o embolias.

“La gente se puede morir por no atender una apnea del sueño”, dice.

¿Qúe es? Los episodios de apnea

Pueden tener consecuencias graves de salud si no son atendidos.

– Las vías respiratorias se estrechan o bloquean durante el sueño.

– Esto causa pausas en la respiración.

– Cuando la persona trata de respirar, el aire que logra pasar por la parte obstruida puede causar ronquidos.

– El sueño es de mala calidad y se siente cansancio durante el día.

Tratamiento

Para dormir lo necesario se debe promover medidas de higiene del sueño adecuadas a cada paciente:

■ No dormir durante el día y no dormir de más el fin de semana, el sueño no se recupera.

■ Dormir por lo menos 7 horas al día.

■ Eliminar el consumo de estimulantes, como cafeína en las horas previas a dormir.

■ Evitar el consumo excesivo de líquidos y alimentos en la noche para no levantarse al baño.

■ Disminuir situaciones que aumenten el estado de alerta, como escuchar música o ver televisión antes de dormir.

■ Evitar llevar a la cama tabletas, teléfonos o cualquier dispositivo electrónico.

■ No ver el reloj constantemente.

■ Ir a la cama y levantarse a la misma hora.

■ Hacer suficiente ejercicio.

3 Alternativas de tratamiento dependiendo de la severidad del trastorno:

Dispositivo de avance mandibular

Debe ser colocado por un odontólogo entrenado. Actúa jalando la mandíbula hacia adelante, lo que aumenta las dimensiones de las vías respiratorias y permite el flujo de aire durante el sueño.

Cirugía de vías aéreas

Debe ser realizada por un otorrinolaringólogo que tenga entrenamiento en medicina del sueño y consiste en extirpar el exceso de tejido que está obstruyendo el paso del aire.

CPAP (mascarilla de presión positiva continua en la vía aérea)

Su función es inyectar aire suavemente a la garganta para ayudar a mantener las vías respiratorias abiertas durante el sueño. Es un tratamiento efectivo aun en casos graves.