Ángel Rivas
Agencia Reforma
Se dice que inflama el estómago, causa cálculos renales o que tiene una alta cantidad de sodio, pero la realidad es que la ingesta de agua mineral gasificada, que no se debe de beber en exceso, tiene atributos. “El agua mineral pasa procesos geológicos que comienzan con el deshielo del Pico de Orizaba, una filtración por el subsuelo que tarda ocho años y que sale en el brote del manantial. “De esa forma va adquiriendo los minerales de la tierra.
Los principales son calcio, magnesio, potasio y sodio. La combinación de minerales ayuda a la digestión, a que funcione de forma eficiente, así como para la hidratación a nivel de calor y a nivel deportivo”, explica Enrique Ortiz, gerente de mercadotecnia de Peñafiel.
A diferencia de otras aguas minerales de otras entidades fuera de Tehuacán o en el extranjero, la burbuja en la carbonatación es más pesada debido a los minerales que contiene el líquido, no es porque se le agregue más o menos gas. “La creencia de que forma cálculos renales no está comprobada. Como todo en la vida lo que se consume en exceso puede ser contraproducente.
De hecho tiene la mitad de sodio que otros refrescos; no hay riesgos”, agrega.