(Agencia Reforma)
Ya falta menos para las vacaciones y muchos papás comienzan a ver qué hacer para que sus hijos se diviertan, aprendan y hagan algo de provecho en los días libres.
Los cursos de verano, ya sea deportivos, culturales, artísticos, educativos o tecnológicos se han convertido en la mejor opción para los pequeños, pero ¿a dónde enviar a tu hijo para que no sienta que sigue en clases?
Antes de tomar una decisión e ir a inscribirlo, los papás deben pensar en cuál es el objetivo para que asista: aprender, jugar, entretenerse, ejercitarse o una mezcla de todo.
La psicóloga infantil Josefina Cruz Costilla recomienda considerar lo que al niño le gusta hacer.
“Si lo tomamos en cuenta a la hora de elegir un curso él va a estar más motivado a ir”, dice.
Alejandra Salinas de Rodríguez, especialista en psicología educativa indica que antes de pensar en enlistar al niño en un curso hay que mostrarle las opciones que hay.
“Generalmente lo papás deciden qué deben hacer y por qué. Hay que darle un abanico de posibilidades para que ellos colaboren en la elección.
“Los papás conocen sus gustos y destrezas y en base a eso hay que preferir el curso para que el niño no vaya por obligación, sino por gusto”.
Cuando los niños son muy pequeños para decidir la temática de su verano, dice la experta, lo mejor es llevarlos a uno que tenga de todo, pero cuando ya superan los 8 años de edad, se les debe preguntar qué quieren.
SU DESARROLLO AL MÁXIMO
Diana González de Maldonado, especialista en psicología infantil, añade que el verano no debe ser visto por los papás como un periodo en el que los pequeños van a aprender todo lo que ellos no aprendieron en su infancia.
“Los niños llegan a las vacaciones con ganas de ya no tener obligaciones, por eso no es tan bueno que vayan a una clase de algo que no quieren. Lo ideal es que si es un deportista haga deporte y si es artista haga arte, las otras habilidades las podrá aprender después”.
Además, cuando el niño tiene un gusto en particular, lo mejor es desarrollarlo al máximo.
González Maldonado destaca que otra buena opción para que los niños se diviertan es buscar un campamento en donde haya de todo.
“Muchos campamentos tienen muchas actividades durante las tres o cuatro semanas que duran”, dice. “Pintan, saltan, bailan, nadan y hasta los llevan a paseos. Para un niño que le gusta hacer de todo es una excelente opción”.
El desarrollo del aspecto cognitivo, aún en el verano, es muy importante, afirma Cruz Costilla, por eso no hay que dejar de lado un curso en donde aprenda cosas nuevas o valores como el compañerismo y la responsabilidad.
RECUERDA: ESTÁ DE VACACIONES
Aunque el curso de verano suele ser muy entretenido para los pequeños y es de gran ayuda para que no pierdan el ritmo escolar, no hay que dejar de tener en mente que están de vacaciones.
“En los últimos años los cursos de verano se han convertido en una solución ideal para que los niños no pierdan el ritmo escolar y estén ocupados, más si los papás trabajan, pero no debemos pasar por alto que también merecen un descanso”, dice González de Maldonado.
Para lograr que los pequeños se diviertan, aprendan, pero sí se sientan de vacaciones, lo ideal es llevarlos a un curso didáctico y lúdico.
“En cuestiones meramente educativas, el niño ya no está en la escuelas, entonces si lo ponemos en un curso donde la parte lúdica no intervenga, él se va a sentir como en clases”, dice Salinas de Rodríguez.
“Si se busca un curso en donde se divierte y aprende algo, mejor. Pero es importante que no se deje de lado la cuestión del esparcimiento y el aspecto físico, sobre todo, porque la mayor parte del tiempo están dentro de un salón”.
Cruz Costilla también recomienda que los papás inviertan más tiempo para estar con sus hijos, porque al no tener un horario fijo de escuela los menores desean convivir con sus padres.
“Hay que pasar tiempo en casa, los juegos de mesa son una buena opción para que estén entretenidos”.
Cualquiera que sea el curso al que vaya tu hijo, las especialistas coinciden en que debes verificar su seguridad para evitar accidentes y lograr que el objetivo de diversión se cumpla sin contratiempos.