Por Natalia Vitela,
Agencia Reforma
Buscar ser bello no es malo, sin embargo, muchas personas que desean mejorar su rostro se frenan o lo ocultan por temor a la crítica, cuando se trata de un proceso para mejorar y que las hace feliz.
“La belleza está asociada a la satisfacción de saber que te ves mejor, a ser más atractivo y al placer, y esto se asocia con felicidad”, indica Franck Rosengaus, autor de El Método Rosengaus. Belleza que Rompe el Molde (Aguilar). Para Rosengaus, especialista en cirugía plástica facial, quienes desean verse bellos deben dejar de ser calificados como vanidosos y se les debe reconocer el que busquen verse mejor, pero tienen que evitar caer en los excesos. Rosengaus explica que actualmente existen métodos de mínima invasión para embellecer el rostro. “La tendencia mundial es el uso de procedimientos no invasivos o mínimamente invasivos, como la aplicación de inyectables, los rellenos, las suturas de suspensión, los láser… Éstos pueden complementarse y son de efectividad inmediata, seguros y con pocos efectos secundarios. “En el caso de los rellenos, si son de ácido hialurónico, incluso tenemos hasta un borrador. Si por alguna razón al paciente no le gustó o a mí no me gustó, le ponemos una enzima natural y se deshace y se convierte en agua. Los rellenos son como una plastilina que permite crear mentones o pómulos sin cirugía”, comenta. “Analizo el rostro, no sólo veo el detalle. Veo qué está pasando anatómicamente, por qué se está marcando así. Con base en ello se diseña una técnica específica para obtener un balance facial completo o total. Investigo quién es el paciente, a qué se dedica, por qué desea la transformación. Investigo si la motivación está bien orientada o no. “Reviso la simetría para hacer un procedimiento lo más simétrico. Es responsabilidad del médico decirle al paciente si lo que desea no es adecuado para él. Si no lo requiere o no es el momento idóneo por su edad o si se puede realizar de manera más sencilla y evitar la cirugía”. Además es necesario considerar sus características étnicas, su genética. Es necesario estar atento a la moda, a las tendencias.
Menciona que se trata de afinaciones temporales, en lugar de cambios extremos.
“Nada es permanente. Me voy adaptando al proceso de envejecimiento normal que va teniendo el paciente y cada vez que viene se analiza qué es lo que le conviene”.
Explica que los jóvenes que lo consultan lo que necesitan es mejorar su estructura facial; en tanto que los de mayor edad buscan restaurar lo que tenían.