Una navidad más

SEATTLE (AP) – “ Jazzy, Felicidades por tu última quimioterapia

El pequeño letrero, dentro del cuarto del hospital que ha sido su hogar por más de la mitad de los 9 años que lleva de vida, es un afirmación de la respuesta a las plegarias para Carlos, Patricia Álvarez y su hija Jazmín.

Después de muchos novenarios y rosarios, de casi cuatro años, seis rondas de quimioterapias y de que todos los doctores no les dieran esperanza, esta paciente, que más ha permanecido en la casa de la fundación Ronald McDonald, por fin se va a casa y ha vencido el cáncer.

Jazmín, al parecer, ha eliminado el raro tumor de Wilms, que ataca los riñones en niños de tres años o menores.

La memoria que tiene Jazmín de su casa en Toppenish es incompleta.

Ella se enfermó cuando tenía 3 años y en tan solo un año, tanto ella como sus padres se convirtieron en residentes permanentes de la casa de Ronald McDonald en Seattle.

En este lugar es donde ella perdió el cabello, tenía quimioterapia al mismo tiempo que sus amigos y asistía a la escuela durante un par de horas en el Seattle Childrens Hospital que estaba cerca.

De acuerdo a los trabajadores de la casa de Ronald McDonald, Jazmín no debería de haber permanecido tanto tiempo ahí ya que el promedio de permanencia es de dos semanas a varios meses.

Al principio de su enfermedad se informó a los padres a que prepararan las maletas para quedarse una semana en Seattle mientras Jazmín recibía su primera quimioterapia.

Una semana se convirtió en ocho meses. La familia se fue a casa, pero seis meses más tarde volvieron debido a una recaída.

Las terapias más efectivas habían fallado. El Pediatra Oncólogo y Hematólogo Blythe Thomson le informó a la familia que no había nada más que hacer y les aconsejó ir a casa para que Jazmín pasara ahí sus últimos días

La familia estaba determinada a intentar todo y poco a poco se fueron convirtiendo en residentes comunes de la casa de Ronald McDonald.

La tercera y cuarta ronda de quimioterapias no tuvieron buenos resultados y para ese momento, el tumor había invadido los pulmones de Jazmín y las quimioterapias le habían provocado una reacción alérgica.

Sin embargo y a pesar de su enfermedad, a sus 7 años, ella se vistió con un vestido blanco con flores para hacer su primera comunión en la Iglesia Católica Cristo el Rey.

La vida de la familia giraba alrededor de el cuidado médico de Jazmín. Carlos consiguió un trabajo de albañil en Auburn para poder estar cerca de su familia.

Una vez más, después de la quinta ronda de quimioterapia les informaron a los papas de Jazmín que no había nada más que hacer y que se habían agotado los recursos, pero ellos no se dieron por vencidos e insistieron en hacer algo más.

La única posibilidad era participar en un estudio nacional de un medicamento llamado ixabepilone, conocido en el tratamiento de cáncer de seno. Jazmín seria el paciente pediátrico numero veinte que entraba en este estudio.

El protocolo de este medicamento se cancelo después que 19 niños se salieron del estudio y muy pocos respondieron al medicamento, dijo Thompson.

Al parecer, Jazmín era la única niña que permanecía en el protocolo.

Después de varios estudios la respuesta a las plegarias de la familia Álvarez había sido contestada y la medicina estaba funcionando.