Por Maria Elena Salinas
Los miembros del Comité Judicial del Senado tuvieron la oportunidad de exhibirse durante las audiencias de confirmación de la jueza Sonia Sotomayor. Hace tiempo que no recibian tanta atención de prensa, asi es que las audiencias les dieron la oportunidad de lucirse haciendo preguntas “duras” para que así sus electores pudieran ver cómo están velando por sus intereses. Y así lo hicieron.
Los senadores interrogaron a la jueza Sotomayor, quien está a punto de convertirse en la primera jueza de la Corte Suprema de origen hispano, sobre los temas del aborto, el control de armas y los matrimonios entre personas del mismo sexo. Pero con un sólido y casi impecable récord, y con una amplia trayectoria, no fue fácil sacarle trapitos sucios, de tal manera que se enfocaron en un discurso que pronuncio en el 2001 en la Universidad de California, Berkeley, en el que enfatizó sus credenciales como “Latina Sabia.”
La parte del discurso que ha causado un gran revuelo entre algunos de sus críticos es la que dice: “Esperaría que una mujer latina con sabiduría, con sus experiencias enriquecedoras, llegaría a mejores conclusiones que un hombre blanco que no ha vivido esa vida.” Los críticos de Sotomayor dicen que sus comentarios representan racismo a la inversa, que temen que su origen étnico y su género influyan en importantes decisiones que debe tomar en el máximo tribunal de la nación.
Sotomayor aclaró su punto de vista diciendo: “Creo generalmente en las experiencias de la vida, así sea latina, o que haya sido una fiscal estatal, o haya sido una litigante comercial, o una jueza de apelaciones, que la mezcla de todas esas cosas, la amalgama de todas ellas, me ayudan a escuchar y a comprender.”
Entonces, ¿fue una buena idea el retractarse de lo dicho? Ella sabra por que lo hizo. Es posible que se diera cuenta que como jueza, nada en su hoja de vida debe influir en su toma de decisiones, especialmente en la Corte Suprema cuando casos que llegan a ese nivel son inspeccionados una y otra vez. Como ella dice, su filosofía judicial es ser fiel a la ley. Analiza los detalles, estudia los antecedentes y aplica la ley.
Pero la realidad es que tuvo mucha razon en lo que dijo en la ahora tristemente celebre frase. La experiencias enriquecedoras que una persona acumula a través de los años, lo forman como individuo. Eso es tanto para los hombres como para las mujeres en diferentes profesiones. Pero cuando se es una mujer latina, habiendo enfrentado lo que Sotomayor tuvo que aguantar desde una edad muy joven, esas experiencias tuvieron que haberla hecho más sabia y con mayor empatía.
La vida de Sotomayor es un ejemplo vivo de los desafíos que muchos hispanos enfrentan en este país, creciendo en un vecindario pobre y siendo criada por una madre sola que le inculcó una gran ética laboral y le enseñó las virtudes necesarias para prosperar en una sociedad competitiva.
Y es que las mujeres latinas son personas fuertes que tienen que aprender a sobrevivir en una sociedad machista. Desde niñas somos guiadas por dos culturas, dos tradiciones y gran parte del tiempo por dos idiomas. Se nos enseña a abrigar valores familiares, a ser responsables, a ser honestas y leales, a ser valientes, compasivas y prudentes. Se espera que seamos humildes y seguras, respetuosas y decididas. A sentirnos comodas con lo que somos a pesar del color de la piel, la textura del cabello o el acento en nuestro voz.
Sonia Sotomayor trae mucha experiencia profesional a la Corte Suprema y su récord demuestra que será una magistrada justa e imparcial. Pero la manera como se comportó durante los duros interrogatorios frente al Comité Judicial del Senado, lo que asegura virtualmente su confirmación como la primera hispana en la Corte Suprema, demuestra que en realidad es una “Latina Sabia.”