Por Sandra Maqueda
Mis queridos lectores de La Raza NW estamos pasando por un momento de tensión y de mucha incertidumbre en el tema de migración en estos momentos y como migrantes vale la pena echar un vistazo a lo que está ocurriendo. En estos últimos meses se ha estado mencionando en varios medios de comunicación que aquellas personas que busquen hacerse ciudadanas y que hayan solicitado ayuda del gobierno de los llamados “servicios públicos” tales como estampillas de comida etc. podrían ser rechazados si resultan ser un “carga publica” para este país. El “Acta de Inmigración y Naturalización” (INA) ya impone requisitos para extranjeros que soliciten ingreso a EEUU, mediante una cláusula que data de 1882. Esos requisitos sobre “carga pública” aplican para familiares inmediatos de ciudadanos estadounidenses; prometidos, familiares de residentes legales, y extranjeros con visas laborales.
Y aunque los extranjeros (migrantes con y sin documentos) usan menos ayuda pública que los estadounidenses y además contribuyen a la economía de este país, la Administración Trump, sigue empeñada en reducir la inmigración legal y trata de sopesarlo con un reglamento para negarles visas si determina que serán una “carga pública”, lo que obviamente ha generado el rechazo de expertos y la comunidad inmigrante. La propuesta de “castigo” del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) busca redefinir qué extranjeros pueden o no entrar a Estados Unidos, dependiendo de si podrían convertirse en una “carga pública” al obtener beneficios financiados por los contribuyentes, es decir con el dinero de los impuestos que pagamos cada año al tío Sam.
Una portavoz del DHS, Katie Waldman, dijo recientemente que “la Administración está comprometida con la aplicación de las leyes de inmigración actuales, que claramente tienen la intención de proteger al contribuyente estadounidense, asegurando que los extranjeros que quieren entrar o permanecer en EEUU son autosuficientes”. Y dio a entender que todos estos cambios propuestos, lo único que buscan es que el gobierno asuma la responsabilidad por el “buen manejo de los fondos de los contribuyentes”, y manejar las solicitudes migratorias con apego a la ley”.
Ahora resulta, si gran parte de esos contribuyentes somos precisamente quienes estamos sin un estatus migratorio contribuyendo valga la redundancia no solo con nuestros impuestos sino además con la mano de obra barata y haciendo el trabajo más pesado y sucio que no cualquiera quiere hacer. Si la Administración de Trump realmente quisiera proteger a los contribuyentes, debería comenzar por sacar de las sombras a los más de 11 millones sino es que más de indocumentados que están viviendo en una incertidumbre total. Esto les generaría una jugosísima ganancia ya que como ustedes saben todos los procesos de migración tienen un costo y si además imponen sus famosas “multas” con todo eso ya estarían haciendo su Agosto como dice el dicho.
Definitivamente este no es el escenario que quisiera ver pero es la realidad, aún faltan muchas batallas por pelear y mucha acción por tomar no podemos esperar a que otros hagan algo, tenemos que estar informados y siguiendo los pasos de los líderes que están armando estrategias en este momento, con aquellos que nos inyecten esperanza y no desesperanza, debemos escuchar a personas que nos motiven a seguir luchando por una reforma migratoria, no podemos bajar la guardia, hay que salir a votar eso es indispensable, estudiar las propuestas e ideologías de los candidatos corriendo para estas elecciones del 6 de Noviembre y también las iniciativas de ley, y si no puedes votar invita a 10 ciudadanos a hacerlo y explícales lo importante que es para la comunidad su voto. Porque todos somos uno.