Por Sandra Maqueda
Hace algunas semanas se dio a conocer el resultado más esperado por la mayoría de los mexicanos, la victoria de Andrés Manuel Lopez Obrador, el nuevo presidente electo de México y quien arrasó con el 53% de los votos del pueblo mexicano. Aunque hay muchos que no están seguros de que este “cambio” sea del todo bueno para México, ya que no le tienen confianza al líder de MORENA por que dicen es autoritario y hasta hay quienes han comentado que su perfil de ideas es similar al de los líderes que han llevado a Venezuela a la situación tan crítica en la que está. Pues mientras son peras o son manzanas, es importante reflexionar sobre qué es lo que realmente puede lograr un cambio en México.
Tenemos que ser conscientes tanto los mexicanos que vivimos en el extranjero, como los mexicanos que están viviendo en su patria de que el verdadero problema no es la ineptitud de los gobernantes, porque es muy fácil decir que Salinas de Gortari nos dejó desplumados, que Zedillo no sirvió, que Fox y Calderón no hicieron nada y que Enrique Peña Nieto es un ignorante ¿y que, al final solo se trata de echarle la culpa a alguien más? ¡No! tenemos que dejar de hacernos las víctimas y reflexionar que para lograr un verdadero cambio tenemos que empezar por la materia prima de un país, ósea nosotros como ciudadanos, el pueblo. Un pueblo que vive engañado con la idea de que el que no tranza no avanza, un pueblo que admira a los que se hacen ricos de la noche a la mañana y añoran más eso, que conservar una familia unida, estable, con valores y principios.
Tristemente NO hemos conseguido un verdadero cambio, porque en México aquel que logra robarle la señal de cable al vecino se siente ganador, porque las mismas empresas de gobierno y privadas son las papelerías privadas de los empleados deshonestos que se llevan desde bolígrafos hasta hojas, libretas y todo lo que les falta para la escuela de sus hijos. La impunidad en México es el pan de cada día porque los mismos funcionarios y servidores públicos que pueden hacer algo aceptan la mordida por debajo del agua. Somos nosotros los ciudadanos los que tiramos la basura en la calle y luego le reclamamos al gobierno por no dar mantenimiento a los drenajes. Somos nosotros los que preferimos poner a nuestros hijos desde muy temprana edad a ver la TV o entretenerlos con el celular o la tableta, en lugar de fomentar y cultivarles el habito de la lectura. No hay interés por la ecología, ni por la economía, tampoco por la educación, porque todo el mundo está preocupado por el Chicharito y la selección mexicana.
México es aún un país donde los políticos trabajan muy pocos días al año y les pagan todos los demás como si fueran grandes ejecutivos. Cualquiera puede comprar un certificado de estudios, una licencia, bueno hasta la residencia y la ciudadanía mexicana, sin hacer ningún tipo de examen. Y qué decir de lo que con frecuencia pasa en el transporte público, mujeres con bebes en brazos o gente con muletas o de edad muy avanzada de pie por que la persona que está sentada en el asiento especial para estas personas, se hace la dormida para no cedérselo. En México el derecho es para el automóvil, no para el peatón.
Realmente tenemos muchas faltas y cosas que trabajar empezando por uno mismo, criticar a los políticos y vivir esperanzados de que ellos van hacer un cambio es una pérdida de tiempo, hace falta mucho más que protestas, bloqueos y machetes para dejar de estar estancados, amolados y fregados. Hay que cambiar nuestra forma de pensar, dejar de corromper, no fomentar la corrupción, evitar la violencia y la tranza y no quedarse callado ante la impunidad. Reconozco que los mexicanos tenemos muchas cosas buenas, aun que nos hace falta mucho para ser los hombres y las mujeres que nuestro país necesita para lograr verdaderos cambios, tenemos que hacer conciencia sobre esto y dejar de preocuparnos para mejor ocuparnos porque todos somos uno.