Benito Jiménez,
Agencia Reforma
Las amenazas de bomba en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) han derivado en el pánico de los usuarios y el dolor de cabeza de las aerolíneas. En once amenazas reportadas, desde 2006, ninguna ha resultado cierta. Además del comandante del Aeropuerto, que representa a la SCT, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y la Policía Federal, son las instancias que atienden dichas amenazas. A través del centro de emergencia esas autoridades han ordenado a las aerolíneas que registran una amenaza de bomba en sus aviones, que las envíen a una zona de seguridad conocida como La Gota, ubicada en la zona trasera del AICM. En una respuesta de información del AICM se establece que además del vuelo de Volaris de ayer, otros 10 han sido llevados a una posición remota por amenazas de bomba: siete de Aeroméxico, dos de Mexicana y uno más de Aviacsa. “El resultado de la amenaza ha sido en todos y cada uno de los sucesos como no cierta”, manifestó el AICM en una respuesta de información solicitada vía Transparencia.
Alerta de bomba y salta de avión
Un pasajero del vuelo 714 de Volaris que se dirigía a Cancún realizó una amenaza de bomba, lo que provocó que se activaran los protocolos de seguridad establecidos. El avión, con 179 viajeros a bordo, tuvo que ser dirigido a la zona de seguridad del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). El vuelo fue cancelado después de la amenaza, de acuerdo con la propia aerolínea. El individuo, cuyo nombre no ha sido revelado, accionó uno de los toboganes de seguridad y habría salido de la aeronave cuando ésta ya estaba avanzando a baja velocidad hacia la pista, fase conocida como carreteo. Fuentes del AICM detallaron que la revisión concluyó cerca del medio día sin que se hallara ningún artefacto explosivo. Los pasajeros fueron trasladados a su destino original en otro avión.