Su hijo, ¿esta protegido?

Lauran Neergaard

Associated Press

Mochila, cuadernos, vacuna de tosferina?

Si no se había preocupado por las vacunas para el regreso a la escuela en sus hijos preadolescentes o adolescentes desde que ingresaron al kindergarden, mejor póngalas es su lista de cosas por hacer.

Los niños mayores de 11 años necesitan algunas vacunas, incluyendo una dosis de refuerzo en contra de la tosferina. Y por primera vez, este año, los muchachos de 16 años de edad deben obtener una dosis de refuerzo, para un tipo de meningitis.

Muchos padres olvidan estos refuerzos. Una de las razones por las que no se recuerdan estos refuerzos es porque las escuelas no hacen el requerimiento para los adolescentes a diferencia de la lista de vacunación nacional que le piden a los padres de los niños que van a ingresar a kindergarten.

Otra de las razones es que “Los preadolescentes y adolescentes no van tanto al médico como van los niños pequeños”, dice la Dra. Melinda Wharton del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, quien incluso tuvo que luchar para que su propia hija se dejara poner el refuerzo de la vacuna de meningitis, antes de que fuera a la Universidad.

“Todo este proceso de regreso a la escuela, es un buen momento para que los padres piensen en cuales son las vacunas recomendadas que deben tener sus hijos”

Un número creciente de estados están requiriendo el refuerzo de la tosferina. “Es este tipo de esfuerzo el que va a ayudar a frenar el brote”, dice el doctor Mark Sawyer, de la Universidad de California en San Diego.

Aparte de una vacuna anual contra la gripe ó Flu Shot, aquí están las recomendaciones federales para los preadolescentes y adolescentes:

Una vacuna Tdap entre los 11 y 12 años, protege contra el tétano, la difteria y la tosferina. Este último es clave, ya que se han presentado algunos brotes.

Los niños pequeños son vacunados antes de ir al kindergarden, pero la protección desaparece, y los brotes de tosferina en la escuela intermedia o secundaria ya no son raros. Mientras que los niños mayores generalmente se recuperan, la tosferina puede causar muchas molestias. Y peor aún, fácilmente puede transmitirse la infección bacteriana a los niños que aún no han sido vacunados y ponerlos en riesgo incluso de morir.

El año pasado en Estados Unidos se presentaron más de 21.000 casos y al menos 26 muertes por tosferina. California sufrió un duro golpe con más de 9.200 casos – la mayor cantidad desde 1947 – y fallecieron 10 bebés.

La vacuna de meningococo se coloca entre los 11 y 12 años de edad y su refuerzo a los 16 años. Esta bacteria de rápido movimiento, puede causar meningitis o una infección en el torrente sanguíneo.

Es, afortunadamente, poco frecuente, se han presentado menos de 2.000 casos al año. Pero puede ser tan agresiva la infección que alguien puede sentirse bien un día y estar muerto al siguiente, y a quienes ataca principalmente es a los adolescentes y estudiantes universitarios.

¿Por qué? Eso no está claro, pero alrededor del 10 por ciento de la población es portadora del germen sin causar daño en la nariz y la garganta. Se contagia por la tos, los besos y compartir vasos, especialmente en condiciones de hacinamiento como dormitorios.

La infección inicial se parece a un virus estomacal, con fiebre y vómitos. Hasta el 15 por ciento de los pacientes mueren. Uno de cada cinco sobrevivientes, sufre discapacidades permanentes, incluyendo daño cerebral, sordera o amputación de miembros.

Estadísticas de los CDC muestran que el 54 por ciento de la población entre los 13 a 17 años de edad había recibido la vacuna en 2009. Sin embargo, la dosis de refuerzo es una recomendación nueva.

Los científicos recientemente hallaron que el efecto de la primera dosis se pierde después de cinco años. Así que si su hijo fue vacunado a los 13 años y ahora tiene 18 años y se dirige a la universidad, no se olvide de la dosis de refuerzo.

Finalmente, para las niñas de 11 a 12, está la vacuna contra el VPH para las cepas de virus del papiloma humano que pueden causar cáncer cervical.

La idea es empezar las tres dosis necesarias con suficiente antelación para ser vacunados antes de la jovencita sea sexualmente activa. Pero en 2009, sólo el 27 por ciento de las niñas entre 13 y 17 habían recibido las tres dosis.

Una versión de la vacuna se vende a los niños para prevenir el VPH causada por verrugas genitales, aunque los CDC aún no han recomendado su uso rutinario.

La adolescencia es un buen momento para ponerse al día con todas las vacunas que se recomiendan después de que su hijo comenzó el jardín de infantes.