SERVICIOS DE INTERPRETACIÓN ESTÁN DISPONIBLES PERO SON DE DIFÍCIL
ACCESO. LEGISLADORES Y DEFENSORES QUIEREN CAMBIAR ESTO.
March 20, 2023
La Legislatura de Washington provee servicios de interpretación a
pedido para las personas que hablan un inglés limitado, pero puede
ser un desafío averiguar cómo obtener estos servicios.
La información sobre interpretación está escondida en el sitio web
de la Legislatura en una sección llamada “Americans with
Disabilities Act Information”. Alguien que habla otro idioma que el
inglés pero que no tiene una discapacidad podría no dar nunca con
esta información.
Defensores y miembros de las comunidades diversas de Washington,
incluyendo algunos que tienen un inglés limitado, ponen en duda el
compromiso de la Legislatura de escuchar a todos los residentes de
Washington.
“No creo que tengan un interés serio en garantizar que el proceso
político sea inclusivo para las personas que hablan un inglés
limitado”, dijo Shomya Tripathy, directora de política y
participación cívica de Asian Counseling and Referral Service
(ACRS).
Esta organización con sede en Seattle ofrece servicios para
asiático-americanos, nativos de Hawái e isleños del Pacífico en el
condado de King y todo el Noroeste del Pacífico. Las más de 30,000
personas a las que la organización sirve hablan más de 40 idiomas
diferentes.
La cuestión de intérpretes para audiencias legislativas salió a
relucir en una reciente audiencia ante el Senado que trataba un
proyecto de ley que podría cambiar la forma en que se paga a los
trabajadores agrícolas. Varios trabajadores que hablaban mejor el
español que el inglés se inscribieron para testificar, pero algunos
no sabían que podían pedir un intérprete. Una legisladora que habla
español e inglés se prestó a ayudar, pero, como ella había puesto
en duda si los trabajadores comprendían bien el proyecto de ley,
algunos defensores de la industria no estuvieron contentos.
Si bien hay intérpretes disponibles para las audiencias de los
comités, no se usan sus servicios regularmente. El Senado estatal,
por ejemplo, ha recibido apenas cinco a diez pedidos por sesión desde
2020, según Sarah Bannister, secretaria del Senado. Para poner en
perspectiva esta cifra, durante los 60 días de la sesión legislativa
de 2022, más de 3,000 personas testificaron en audiencias ante los
comités del Senado.
El uso infrecuente de los servicios de interpretación, según
líderes comunitarios, pone de manifiesto la falta de conciencia de
que los servicios están disponibles, y la falta de confianza en que
los intérpretes brindarán un servicio correcto para los residentes
que no dominan el inglés.
Esto no significa que la necesidad no exista: Datos de la Oficina del
Censo de Estados Unidos indican que un importante porcentaje de los
residentes de Washington tienen un inglés limitado y hablan otro
idioma en casa. De las más de 1.13 millones de personas que residían
en Washington en 2021 y que nacieron fuera de los EE. UU., el 42.2%
hablaba “el inglés menos que muy bien”, contra solo el 1.6% de
residentes que nacieron en EE. UU.
E incluso de entre casi 560,000 residentes de Washington que eran
ciudadanos estadounidenses naturalizados, y con derecho a votar en las
elecciones, un 34.9 % dijo tener un inglés limitado, según el Censo.
Judy Jenner, una intérprete jurídica con certificación federal de
Twin Translations en Las Vegas, aclaró que incluso para las personas
que hablan el inglés como lengua materna, resulta difícil tener una
“participación significativa” en espacios cívicos, por el
lenguaje especializado y los procedimientos complicados. Las barreras
idiomáticas agravan todavía más esta dificultad. Jenner es también
portavoz de la American Translators Association, una asociación
profesional para traductores e intérpretes. (Si bien algunos usan las
palabras “interpretación” y “traducción”
intercambiablemente, los profesionales aclaran que los intérpretes
trabajan con el lenguaje oral y los traductores traducen documentos
escritos.)
“Estos desafíos se multiplican cuando una persona que tiene un
inglés limitado trata de participar en el proceso, porque conoce
todavía menos estas idiosincrasias lingüísticas y procesales”,
señaló Jenner.
¿QUIÉN DEBERÍA INTERVENIR?
Una audiencia ante el Comité de Trabajo y Comercio del Senado
celebrada el 9 de febrero puso de manifiesto la necesidad de
intérpretes. Trabajadores agrícolas se apuntaron para testificar a
distancia acerca de un proyecto de ley que modificaría las normas de
tiempo extra para el sector. Muchos optaron por testificar en
español, pero uno solo testificó con la ayuda de un intérprete
certificado. Otros recurrieron a familiares, compañeros de trabajo u
organizadores comunitarios.
Elizabeth Strater, directora de campañas estratégicas de la Unión
de Campesinos, leyó el testimonio traducido de otros trabajadores que
no pudieron asistir a la audiencia. Y otro grupo de trabadores
testificó a distancia por Zoom en español, sin intérprete.
Fue entonces que la senadora Rebecca Saldaña, una demócrata de
Seattle, les interpretó. Saldaña dijo que decidió intervenir cuando
vio que no había un intérprete disponible: “Quería asegurarme de
que sus voces fueran escuchadas”.
Miembros de asociaciones de agricultores dijeron que Saldaña no
interpretó correctamente el testimonio para expresar el claro apoyo
de los trabajadores para el proyecto. La ley, que finalmente no salió
del comité, habría permitido que los empleadores en el sector
agrícola seleccionaran 12 semanas durante las cuales el umbral para
horas extra aumentaría de 40 horas por semana a 50. Los grupos se
mostraron en desacuerdo también con el hecho de que Saldaña,
vicepresidente del comité, pusiera en duda si los trabajadores
comprendían totalmente el proyecto de ley.
El senador Curtis King (un republicano de Yakima), portavoz del
partido minoritario en el comité, dijo que le pareció que Saldaña
estaba tratando de ayudar. Los trabajadores tenían planeado
testificar en inglés, pero cambiaron a español.
“Me parece que no hubo la comunicación suficiente acerca de lo que
iba a ocurrir”, dijo King.
En opinión de Saldaña, que representa el Distrito 37, que incluye
varios vecindarios de Seattle con poblaciones de mayoría minoritaria,
el incidente sirvió para subrayar el constante desafío de conectar
con personas que hablan un inglés limitado en el proceso legislativo.
Esta audiencia no fue la primera ocasión en que Saldaña ha tenido
que interpretar.
“Por la manera en que está organizado todo, usted tiene que pedir
proactivamente [los servicios de un intérprete]”, dijo Saldaña.
“Es algo que a menudo pasa inadvertido”.
En el sitio web de la Legislatura del estado de Washington, las
personas que desean testificar en una audiencia pública pueden pedir
un intérprete al comunicarse con el coordinador de la Ley para
Estadounidenses con Discapacidades de cualquiera de las dos cámaras.
La secretaria Bannister indicó que, en años recientes, la
Legislatura se ha esforzado en evitar que se recurra a integrantes del
personal o legisladores bilingües, como Saldaña, para interpretar, y
en promover el uso de servicios de intérpretes capacitados. La
Legislatura tiene acceso a proveedores que pueden interpretar en
aproximadamente 300 idiomas.
Los pedidos más frecuentes son para la lengua de señas de los EE.
UU. (ASL) y el español, pero el Senado ha recibido también pedidos
de personas que hablan mandarín, cantonés, amhárico, somalí y
vietnamita, según Bannister.
Ser un intérprete capacitado significa más que hablar y comprender
un idioma, dijo Jenner, la portavoz de la American Translators
Association.
“Los intérpretes escuchan, procesan, comprenden y convierten el
lenguaje, y comunican todo al mismo tiempo, tratando a menudo temas
muy complejos con terminología especializada que muchas personas
totalmente bilingües no conocen en uno de sus idiomas o en los
dos”, continuó Jenner.
Agregó que una interpretación incorrecta podría afectar la
posibilidad de participar en el proceso cívico, un derecho conferido
por la Ley de Derechos Civiles.
“Existe un riesgo de que alguien que habla un inglés limitado no
comprenda o no sea comprendido, lo cual puede tener un impacto serio
sobre la persona”, dijo.
MÁS ALLÁ DE LA DISPONIBILIDAD DE INTÉRPRETES
Organizadores comunitarios señalan que, para fomentar la
participación cívica de personas que hablan un inglés limitado, la
Legislatura debería hacer mucho más que simplemente ofrecer
servicios de interpretación.
Strater, de la Unión de Campesinos, considera que los legisladores
deberían tener intérpretes disponibles proactivamente si saben que
un tema puede afectar a personas que podrían testificar o participar
pero que tienen un inglés limitado.
“Si usted está hablando de temas de trabajo agrícola en el estado
de Washington… necesitará [interpretación en] español”, dijo.
Derek Lum, director de política e incidencia de la organización con
sede en Seattle Interim Community Development Association, dijo que la
Legislatura podría hacer otras cosas para promover la participación
cívica para todos. La organización de Lum se enfoca en temas de
vivienda y desarrollo comunitario en el vecindario de
Chinatown-International District en Seattle.
Sugiere que podrían solicitar el testimonio traducido de antemano u
ofrecer un foro separado celebrado en la lengua materna de un grupo
comunitario interesado.
Tripathy, de ACRS, recomienda que se realicen esfuerzos por
identificar a las personas interesadas en un tema dado y luego se
busquen maneras de ayudarles a expresar sus comentarios con los
legisladores y otros funcionarios del gobierno.
“Usted tiene que contar con esas relaciones preexistentes”, dijo
Tripathy. “No puede simplemente designarlos para hablar”.
Joseph Lachman, director de política de ACRS, dijo que su
organización ha llevado a más de 1,000 personas a la Legislatura
para eventos donde residentes asiático-americanos, nativos de Hawái
e isleños del Pacífico pueden hablar con legisladores y donde la
organización puede identificar a residentes que estén interesados en
conectar con el proceso legislativo, incluyendo el testimonio ante
comités.
Lachman aclaró que ACRS prefiere que sean integrantes de su personal
quienes interpreten, porque pueden trabajar con la persona en su
testimonio de antemano para asegurarse de que sus ideas se expresen
correctamente ante los legisladores.
Por ahora, ACRS no se inclina a los servicios de intérpretes
provistos por el estado sin garantías de que la persona que desee
testificar pueda hablar con el intérprete de antemano, precisó.
“El 99 % del tiempo, preparamos a las personas con mucha
anticipación”, dijo Tripathy. “De otro modo, lo que quieren decir
no se comunica. No queremos correr el riesgo de arruinar la
experiencia la primera vez que la gente testifica ante la
Legislatura”.
La secretaria Bannister dijo que el personal legislativo ha entendido
esta retroalimentación y que trabajará con los proveedores para
mejorar las actividades futuras de interpretación. Recordó además
que el acceso a los servicios de interpretación es más fácil ahora,
y que el personal puede conseguir intérpretes con poco tiempo de
aviso.
En opinión de Tripathy, la Legislatura podría hacer mucho más para
demostrar su compromiso con permitir que las personas que tienen un
inglés limitado participen plenamente en el proceso al, por ejemplo,
proveer información, incluyendo información sobre los servicios de
interpretación, en diversos idiomas. Esto serviría para fomentar la
confianza y aumentar la conciencia de los servicios lingüísticos que
el estado ofrece.
“No sé si [la Legislatura] está comprometida al proceso de ensayo
y error necesario para transformar el sistema en uno que sea inclusivo
para las personas que tienen un inglés limitado”, notó Tripathy.
“No sabré si es de verdad hasta que veamos cada vez más
cambios”.