¿Salvando a quién?

Esta semana, la gran noticia es que el Gobernador Jay Inslee ha puesto una moratoria en la pena capital. Eso quiere decir que ninguna persona puede recibir la inyección o ser ejecutado de otra manera mientras que él esté en la oficina.

Respetar la vida es algo que todos debemos de hacer y la búsqueda de la justicia debe de tomar precedencia a la búsqueda de la venganza.

Pero con esta decisión, varios presos declarados culpables de asesinato esperarán hasta quien sabe cuando porque aunque no se les perdonará sus crímenes, no tendrán otro lugar a donde ir.

¿Entonces porque no cadena perpetua?

Espero que la decisión de Inslee sea basada en su moral y no por ganar puntos políticos. Espero que realmente lo haga porque cree que debe de haber una mejor manera.

Porque si no, él es realmente egoísta.

Mi mayor problema es que los criminales – y digo criminales porque en estos momentos ya fueron encontrados culpables en sus juicios- que actualmente están en la espera de la pena de muerte, están ahí por el asesinato de varias vidas, incluso de niños.

¿Cuál es la justicia para ellos quienes ya no están vivos pero su asesino seguirá con vida por un tiempo más?

Si de verdad cree que la pena de muerte es injusta, entonces Inslee debe de promover otro castigo u otra medida. Si cree que hay personas que no debería de estar en la pena de muerte porque son inocentes, entonces debería de iniciar una investigación de sus casos.

Pero es mala idea en suspender condenas que ya están vigentes.

Eso provoca dolor en los familiares de las víctimas que esperaban terminar su odisea de dolor, sufrimiento y justicia.

Esta el caso de Byron Scherf quien asesinó a Jayme Biendl en el centro de correcciones de Monroe cuando ya estaba condenado a cadena perpetua por violaciones. Ahora, ¿cuál es el castigo por tomar una vida? Las intenciones de Inslee son buenas pero si no propone una alternativa de impartir justicia solo son intenciones vacías.