Lorenzo Cardenas
Agencia Reforma
Integrantes del movimiento Indignados Coahuila protestaron hoy frente al Congreso, donde colocaron una piñata con la figura de un cerdo en representación de la actual Administración estatal.
Alejandro Esparza Farías, miembro del movimiento, mencionó que la idea es despertar a la ciudadanía para que actúe de forma más activa en exigir a las autoridades que vean por los intereses de la población.
“No estamos invitando a una rebelión, estamos invitando a una protesta”, comentó.
“Queremos que renuncien estos señores (los diputados) que dicen que trabajan y nada más trabajan para ellos, queremos que renuncie Rubén Moreira, no nos representa y por eso no deben estar aquí.
“El simbolismo es el gran cerdo comiéndose al pueblo, un cerdo que representa al Gobierno de Coahuila, a Rubén Moreira, al Congreso del Estado, que todos son unos cerdos que ocultan la información y comen lodo”, expresó.
Los inconformes colocaron la figura frente al acceso principal del Congreso, le cual fue bloqueado por agentes de la Policía del Estado.
Cuando acercaron la figura a las vallas cercanas a la puerta, uno de los policías les gritó que cometían un abuso de confianza, a lo cual respondieron que se trataba de un edificio público y no de una propiedad privada.
A un costado del cerdo hecho de cartón y papel, formaron una “escultura” con monedas de 1 peso, que simbolizaba una mano que extendía el dedo cordial.
“Por dinero traicionaron la confianza del pueblo, por dinero traicionaron sus compromisos, su deber cívico ciudadano, se lo guardaron en la bolsa”, dijo Esparza Farías.
“Como buenos puercos que son nosotros les venimos a tirar perlas a los puercos, a dejarles dinero simbólicamente en una alcancía simbólica que ese cerdo para que paguen su gran marranada que es la deuda pública”, aseguró.
Otro de los manifestantes, quien sólo se identificó como el padre “Bofo”, debido a que es sacerdote católico, dijo que las autoridades sólo se ríen de sus protestas, pero que continuarán a fin de mover a los ciudadanos a inconformarse con la deuda.
“Ellos se van a reír y no escuchan, lo que me da tristeza no es que ellos no nos escuchen, me da tristeza porque somos más la gente honrada, somos más la gente que se levanta a trabajar, que paga sus impuestos y que está haciendo su labor como contribuyente y que no se respete ese dinero.
“La clase política nos está escupiendo a la cara, pero lo que más me da tristeza es la indiferencia de la gente”, aseguró el activista.