NICOLAS GARRIGA
CALAIS, Francia (AP) — Con topadoras y motosierras, la policía arrasó un sórdido campamento de inmigrantes indocumentados cerca de Calais y se llevó a los pobladores, en su mayoría afganos menores de edad.
El ministro de Inmigración francés Eric Besson, que el martes visitó el lugar —llamado “La Jungla”_, dijo que era un “campamento base para los traficantes humanos” y agregó que volverá a implantar el imperio de la ley en la costa norteña de Francia.
“La ley de la jungla no puede durar eternamente”, dijo Besson, que ordenó la destrucción de lo que llamó “una zona sin ley en la que imperan los contrabandistas”.
Atribuyó la situación creada a la falta de coordinación sobre las leyes de inmigración reinante entre las naciones europeas, y se mostró partidarios de que sean endurecidos los controles fronterizos, “idealmente” para fines de año.
Además, la policía se enfrentó a los voluntarios de organizaciones activistas que suelen ayudar a los indocumentados, pero no fueron reportados heridos.
Hasta 800 inmigrantes ilegales acamparon cerca del puerto y en otras “junglas” más pequeñas en las cercanías a Calais hasta hace pocos meses. Empero, varios centenares comenzaron a abandonar el lugar a medida que se aproximaba la fecha para la destrucción del campamento. Las autoridades dijeron que 278 personas — en su mayoría de Afganistán y casi la mitad menores de 18 años — fueron sacadas del campamento, jalonado por montones de basura e infestado de piojos y chinches.
Los acampados eran principalmente afganos y habían provocado tensión entre Gran Bretaña y Francia, además de ser el símbolo de los problemas europeos para contener la inmigración ilegal.
En total, 278 personas —casi la mitad de ellas menores— fueron detenidas en la primera parte de la operación, dijo el prefecto de la región de Pas de Calais, Pierre de Bousquet de Florian.
“Esta operación no va dirigida en contra de los inmigrantes, va dirigida contra la logística de los traficantes de seres humanos … que los explotan”, agregó.