Por Rafael Granados.
El gran juicio emprendido en Nueva York contra Joaquín “EL CHAPO” Guzmán Loera resulta toda una comedia de magnitudes indeterminables por lo complicado que representa o hasta donde se quiere ejemplificar este juicio a todas luces negociado con el gobierno mexicano para calmar los impetus de quienes quieren ver a los verdadedos capos enjuciados.
Los verdadedos CAPOS de la droga son y han sido los gobernantes mexicanos usando todo su aparato gubernamental para propiciar sumas extratosfericas de ganancia en sociedad con personajes que a lo largo de la historia son representados como los grandes narcos,recordando algunos nombres como Amado Carrillo Fuentes “el señor de los cielos”, Rafael Caro Quintero, Ismael Zambada García, Juan José Esparragoza, Eduardo Arellano Felix, Javier Arellano Felix, Servando Gómez Martínez “la tuta”,Vicente Carrillo Fuentes, Hector y Carlos Beltrán Leyva y Joaquin “Chapo Guzmán entre muchos otros que han formado sociedades con los gobernantes mexicanos en turno y para prueba tenemos algunos ejemplos como Tomas Yarrington (ex-gobernador de Tamaulipas), Mario Villanueva Madrid (ex-gobernador de Quintana Roo), Fidel Herrera, asi como ex-presidentes como José López Portillo, Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.
Esto sin citar a Generales, mandos altos de las fuerzas armadas, altos mandos de la policia, senadores, diputados, y muchos socios más, algo que por cierto resultaria incontable el número de sociedades de los cárteles operantes en México, carteles que por cierto se disputan los productos de la droga para controlar tanto el paso territorial de los pasos de distribución y venta del narcotráfico como son el Cártel del Pacifico, Los Arellano Félix, la familia michoacana, los caballeros templarios, el cártel de los caballeros templarios, los zetas y otros más, todo una gama de uniones que no podrían operar sin tener una sociedad con el gobierno mexicano.
Baste recordar cuando aquel jefe de policia mexicano el general Arturo Durazo Moreno quien opero el narco en el sexenio de López portillo quie era un hombre temido y poderoso quien se rodeo de los más peligrosos delincuentes para enrolarlos en sus filas y recuerdo una vez que lo visiten en aquel tenebroso lugar donde operaba (Tlaxcoaque) que era un infierno para muchos detenidos donde se practicaba la tortura y la despiadad humana, me encontraba de paso para saludarlo y cuando pase a su oficina miles de dólares atiborraban su oficina. En fin esta historia del juicio del Chapo sería creible si se enjuciara a todos por igual y no dejar exonerados a los socios de cuello blanco porque de ser asi se comprenderá como un juicio donde el sacrificio no solucionará el problema de fondo y quedarán impunes los verdaderos causantes del daño a nuestras juventudes.
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