Maria Elena Salinas
El Presidente Barack Obama llevó el tema de la reforma al sistema de salud fuera de la capital. Mientras algunos legisladores discutían como ponerse de acuerdo para que la reforma complazca a todas las partes, Obama exponía directamente ante los votantes sus argumentos a favor de su propuesta.
La gente esta preocupada y quiere respuestas. Los informes indican que cada 30 segundos alguien presenta una solicitud de bancarrota como resultado de problemas relacionados con la salud. Y peor aun, unas 20,000 personas mueren cada año porque no tienen seguro de salud. De ellas, unas 13,000 habrían vivido décadas si hubiesen tenido seguro. La semana pasada en una asamblea pública en la escuela superior Broughton de Raleigh, Obama advirtió a los norteamericanos sobre los peligros por no hacer nada.
Me senté con el presidente para una entrevista exclusiva poco después del evento y comenzamos hablando del aspecto más polémico de la reforma al sistema de salud. Le pregunté quien pagaría por el plan si no es el contribuyente. “Costará un millón de millones de dólares durante más de 10 años, eso seria cien mil millones anuales, y cerca de las dos terceras partes de dichos costos podríamos tomarlos de dinero que estamos gastando actualmente en el sistema, el cual no está siendo gastado sabiamente. Va a compañías de seguros y compañías farmacéuticas. Podemos tomar ese dinero, ayudar a la gente y en términos generales esto puede pagarse por si mismo durante un período de 10 años,” dijo.
El presidente reconoce que los latinos son el grupo que es mas afectado por la falta de seguro medico. De hecho, de los 45 millones de norteamericanos sin seguro de salud, más de una tercera parte son latinos, una cantidad desproporcionada si consideramos que somos el 17 por ciento de la población. Entre los niños sin seguro, el 40 por ciento son latinos. De otro lado los costos de atención médica atribuidos a los hispanos son desproporcionadamente más bajos que los de otros grupos, y más de la mitad de los latinos sin seguro médico pagan de su bolsillo los gastos de cuidado médico.
El Concilio Nacional de La Raza considera que no puede existir una reforma al sistema de salud que no incluya a los inmigrantes indocumentados, a los residentes legales y a los niños inmigrantes.
Pregunté al presidente cómo se maneja este asunto en su propuesta.
“Uno de los logros de los que estoy más orgulloso en los primeros seis meses es no sólo la expansión del seguro de salud para los niños sino también asegurarnos que los niños inmigrantes legales tengan acceso al mismo. Eso significa que ahora disfrutan del seguro de salud millones de niños que de otra manera no calificarían,” me dijo.
Los inmigrantes indocumentados no califican para ningún beneficio de salud. “Trabajadores indocumentados que están aquí ilegalmente. Queremos hacer una reforma migratoria amplia para que ellos tengan una vía hacía la ciudadanía. Pero hasta que lo hagan no los podemos estar recompensando con algunos de los beneficios que francamente cuestan un dinero significativo y habría mucha resistencia cuando personas que son ciudadanos de EE. UU.”, dijo el Presidente.
Sin embargo, si uno de los principales objetivos es disminuir los costos relacionados con el cuidado de salud ofreciendo mejores servicios médicos de prevención, entonces el no incluirlos será contraproducente. La mitad de los latinos sin seguro médico son inmigrantes indocumentados, y si ellos se enferman y no pueden recibir tratamiento, terminan en las salas de emergencia que no les pueden negar atención y que son mucho más costosas que una visita al doctor. Es otro caso en el que la política termina por encima del sentido común.