Jorge Ramos
Pobre Barack Obama. Inevitablemente va a defraudar a muchos. Hay tantas expectativas puestas en él, que va a ser imposible que le cumpla a todos. La gente espera que resuelva la crisis económica mundial, que termine la guerra en Irak, que capture a Osama bin Laden, que acabe con el calentamiento global, que logre un acuerdo entre israelíes y palestinos, que reviva a América Latina, a Africa y a Asia, que le ponga punto final a las dictaduras, y que haga todo lo que los últimos 10 presidentes norteamericanos no pudieron hacer. Obama tiene una misión imposible. Ni 100 años le alcanzarían para cumplir todas esas expectativas. Quien lo dude, sólo debe hacer éste experimento. Preguntar a cualquiera sobre el presidente electo de Estados Unidos, y la respuesta, casi siempre, empezará con algo así: ?Yo creo que Barack Obama debería…? Sí. Cualquier cosa que no nos guste en este mundo y que queramos cambiar, se la podemos enviar a la Casa Blanca a Obama. Por ahora, antes de pasar su primera hora como presidente, muchos piensan en él como si fuera Súper Obama. Y es que Obama parece que apareció de la nada y está a punto de convertirse en el hombre más poderoso del mundo. No es poca cosa. Todas las veces en que se ha apostado en contra de Obama, él ha ganado. Por eso tiene fama de invencible (aunque no le vaya a durar mucho más). Obama es como el Santa Claus con un gigantesco saco de regalos. Y ya que todos están pidiéndole algo, esto es lo que yo le diría si me lo encontrara cruzando una calle en Washington. ¿Se acuerda de la entrevista que tuvimos el 28 de mayo del 2008 en una estación de trenes en Denver, Colorado? Seguramente no se acuerda. Esa fue una de miles de entrevistas que dio a la prensa. Pero no se preocupe, ahora le recuerdo. Cuando le pregunté si usted estaría dispuesto a legalizar a millones de indocumentados durante los primeros 100 días de su gobierno, me dijo que no. Pero luego añadió: ?Pero lo que sí puedo garantizar es que en el primer año tendremos una propuesta de reforma migratoria.? Esa promesa de Obama significa que antes del 20 de enero del 2010 millones de personas podrían salir de la oscuridad en Estados Unidos. Los países se definen por la manera en que tratan a los más débiles. Y en el caso de Estados Unidos los más débiles y vulnerables son los indocumentados. Y termino contándoles una anécdota. El 5 de noviembre, un día después de la elección de Obama, estaba escuchando las transmisiones de una estación de radio en español de Los Angeles. El ambiente era eufórico. Ayer, decían los locutores y los radioescuchas, vivíamos sin esperanza de que fueran a legalizar a millones de indocumentados. Y hoy todo ha cambiado. Obama lo va a hacer. Ojalá no se equivoquen. Obama tiene muchos problemas que resolver. Lo entiendo. Pero no se puede olvidar de los casi 7 millones de hispanos que votaron por él y de los 12 millones de indocumentados que esperan que él les de una oportunidad de vivir sin miedo. Esto es lo que pasa cuando se elige a un vendedor de esperanza.