Por Camilo Molina,
La Raza del Noroeste
Algunas semanas después del inicio de su administración, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sigue lanzando confusiones y acertijos indescifrables con base en la firma de decretos que ni siquiera sus más allegados pueden sustentar con claridad. La incertidumbre cubre por igual a ciudadanos de a pie, organizaciones no oficiales y hasta a las propias instituciones gubernamentales.
El periódico La Raza del Noroeste se reunió con Jorge Barón, Director Ejecutivo del Proyecto para la Protección de los Derechos del Inmigrante, NWIRP, por sus siglas en inglés, y le consultó acerca de los objetivos de la organización que lidera, cuáles son las herramientas con las que cuentan, cómo las aplican con el fin de poder prestar asistencia, información y representación a más de 10 mil ciudadanos de diferentes nacionalidades cada año en materia de inmigración y las dificultades que pueden llegar a presentarse ante el nuevo gobierno.
A pesar de compartir el escepticismo general, Barón nos cuenta, sin ansiedad o excesiva preocupación, una realidad que está compuesta por dos frentes. El primero se explica en la historia de dos presidencias republicanas que cambiaron su voluntad de apoyo a las políticas de inmigración a mitad de sus mandatos: La de Reagan con su “Ley de reforma y control de inmigración” en 1986, que significó la regularización para millones de indocumentados; y la de Bush con el “Programa de trabajadores temporales” en 2006.
Segundo, una escéptica confianza de que en la presidencia de Trump pueda llegar a suceder un viraje o alivio en cuanto a su posición acerca de los inmigrantes, de la misma manera que sucedió con sus copartidarios en el pasado.
“Estamos hablando de que hubo administraciones que atacaban a ciertos grupos y al mismo tiempo los ayudaban, pero en este momento no estamos viendo que vaya a haber nada positivo con esta administración”
“Nosotros inmediatamente después de las elecciones del año pasado (8 de noviembre) tuvimos un incremento en el número de llamadas de personas que no sabían lo que iba a pasar. Muchas de estas llamadas han estado relacionadas con el programa DACA. Luego, durante la semana en que asumió la nueva administración (20 de enero) también recibimos un incremento en las consultas porque, de un momento a otro, la gente se dio cuenta de que el momento había llegado y nadie sabe muy bien qué es lo que va a ocurrir. Yo mismo, como abogado, me siento muy preocupado porque no puedo decirle a un joven que vaya a aplicar (para DACA) porque no se sabe que va a suceder con el programa”
Hasta ahora, en los 33 años de existencia del NWRIP, los cambios de gobiernos y las alteraciones en política migratoria han supuesto tiempos complicados. Sin embargo es una organización que ha crecido de manera sostenida y actualmente presta atención a familias e individuos de 120 nacionalidades; cuenta con 68 empleados de planta y cuatro sedes en el Estado de Washington. Seattle, Tacoma, Wenatchee y Granger.
“Gran parte de nuestro trabajo está enfocado en casos individuales de inmigración. Nos concentramos en una persona con problemas y tratamos su caso individualmente. Otras dos áreas de trabajo, en las cuales depositamos mucha energía son: Educación comunitaria, que se realiza a través de eventos en los que se provee información a los inmigrantes, más que nada en estos tiempos en los que hay tanta duda y confusión acerca de lo que está pasando y para que la gente entienda las realidades de inmigración; y también tenemos un proyecto que está enfocado en tratar de cambiar la política de inmigración, como por ejemplo, demandas legales que ponemos contra el gobierno para tratar de cambiar el sistema.
En una lista de conclusiones acerca de los cuidados que debe tener la comunidad inmigrante que se encuentra en situación irregular, Jorge Barón comprende que va a ser un tiempo para que las personas conozcan con detalle sus derechos y el comportamiento que deben asumir en caso de enfrentarse a una detención o interrogatorio por parte de las autoridades de migración.
“La información que le estamos dando a la gente se concentra en que estén preparados, que estén al tanto de sus derechos y que sepan que no tienen que responder a las preguntas de un agente de inmigración, que no deben firmar nada, ya que firmar algún documento le puede dar derecho a los oficiales para deportar a alguien sin una audiencia, que tengan un plan para sus hijos en caso de ser detenidos en sus lugares de trabajo y que intenten ahorrar algo de dinero en el caso de que deban acudir a ayuda legal o al pago de una fianza”
Actualmente, en el gobierno de la incertidumbre y la falta de claridad, la tranquilidad de los inmigrantes residirá en hacer lo posible por estar un paso adelante, prestando atención a las recomendaciones y apoyo de organizaciones como el Proyecto para la Protección de los Derechos del inmigrante a través de sus canales de comunicación: www.nwirp.org/obtener-ayuda/ o los números de consulta gratuitos de sus diferentes sedes en el Estado de Washington.