Reflexiones – La Raza del Noroeste
En este país, como en todo el mundo, hay divisiones entre el pensamiento liberal y el pensamiento conservador.
En el tema de la inmigración, las ideas estan normalmente divididas con claridad; los conservadores están en contra de la inmigración sin documentos, los liberales principalmente buscan soluciones que no ignoren el lado humano del conflicto.
Uno de los representantes locales del pensamiento conservador se llama John Carlson, reconocido comentarista de radio, candidato a gobernador por el partido Republicano en el año 2000, perdiendo frente a Gary Locke.
En uno de sus espacios radiales esta semana, Carlson criticó a quienes se oponen desde aquí a las nuevas leyes en Arizona.
En el comentario, Carlson relata casos de rancheros en Arizona que dicen encontrar cadáveres frecuentmente en sus propiedades, y ser asaltados por caravanas de narcotraficantes armados.
“¿No es noticia que esté sucediendo eso en los Estados Unidos de América?”, se pregunta el comentarista.
Es noticia, sin duda, pero Carlson no hace la siguiente pregunta que vendría al caso:
¿Y qué tiene que ver el narcotráfico con investigar el estado migratorio de una persona con solo verlo como “sospechoso”?
Las fronteras han sido por cientos de años regiones con problemas típicos de ser la conexión entre dos economías y dos culturas, y el narcotráfico en México es un problema profundo.
Pero el señor Carlson parece convenientemente usar el tema del narco, como escudo para justificar medidas claramente creadas contra trabajadores honestos, pero sin documentos.
El narco no es un inmigrante, es ante todo un criminal organizado; Carlson y otros comentaristas se equivocan cuando mezclan como un solo problema la violencia de los criminales de las drogas, con la realidad de trabajadores honestos, que este país necesita.