Por CHRISTOPHER SHERMAN, ‘
Associated Press
TIXTLA, México (AP) — Las autoridades mexicanas comenzaron a enviar policías a caballo y perros a la zona serrana de las inmediaciones de la ciudad de Iguala en busca de los 43 estudiantes desaparecidos, luego de que se notificó que los restos encontrados en las primeras fosas clandestinas no correspondían a ninguno de los alumnos.
También se analizan los restos contenidos en otro grupo de fosas también halladas en Iguala, a unos 200 kilómetros al sur de la ciudad de México y donde desaparecieron los jóvenes luego de ser detenidos por policías municipales y entregados a un cartel de las drogas.
Las tareas para intentar dar con el paradero de los estudiantes en una zona rural controlada por el narcotráfico podrían develar aún más horrores.
A medida que han avanzado las labores se han localizado más fosas que eventualmente podrían contener muchos más cuerpos que el número de alumnos desaparecidos.
Cuando el gobierno descartó que entre los 28 cuerpos encontrados en las cinco fosas alguno perteneciera al grupo de estudiantes, surgieron preguntas sobre quiénes son esas víctimas y cuántas personas en esa zona del sur de México han sido asesinadas de manera silenciosa.
El presidente Enrique Peña Nieto, que desde hace poco más de una semana ha hablado prácticamente a diario del tema, reconoció que la desaparición de los jóvenes pone a prueba a México, cuya imagen de relativa mejoría en materia de seguridad pública se ha visto sacudida dentro y fuera de sus fronteras.
“Estos lamentables hechos son un momento de prueba para las instituciones y para la sociedad en su conjunto”, dijo el mandatario en un acto público en la capital.
La Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero señaló en un comunicado que a la búsqueda en la zona rural de Iguala se sumaron policías a caballo para entrar a lugares de difícil acceso. También se incorporó a un número no revelado de perros de rastreo.
Además, la dependencia estatal señaló que se ha pedido la colaboración de la policía en seis estados cercanos a Guerrero, incluidos los vecinos Oaxaca y Michoacán y la ciudad de México.
El procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, informó el martes que ninguno de los cuerpos de las cinco fosas era de los estudiantes.
“Hay una luz de esperanza de que están con vida”, comentó Clemente Rodríguez, padre de Cristian Alfonso, de 19 años, uno de los desaparecidos. El joven acababa de matricularse en la escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, en la zona de Ayotzinapa de Tixla, una localidad en el estado sureño de Guerrero.
No obstante, los peritos independientes que participan en el proceso de identificación a petición de los familiares, el equipo de antropólogos forenses argentinos, afirman que el proceso de confronta de los restos de las primeras fosas con los ADN de las familias “todavía no ha concluido”, dijo Vidulfo Rosales, representante legal de las familias.
“Tampoco podemos descartar cualquier posibilidad. Vamos a esperar los resultados finales”, señaló.
Los forenses oficiales continúan mientras tanto con las pruebas a los demás restos encontrados y con el trabajo en la décima fosa común localizada y cuyo hallazgo confirmó el martes en una rueda de prensa el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam. Además, dijo que fueron detenidos otros 14 policías locales que confesaron haber participado en la desaparición, para llegar a casi 50 personas detenidas, en su mayoría agentes.
Los últimos 14 son policías de Cocula, municipio vecino a Iguala, donde se produjeron los enfrentamientos. Tanto el alcalde como el jefe de policía de Iguala siguen prófugos y están acusados de lazos con el cártel local, Guerreros Unidos, que se cree trabajó con la policía en la desaparición de los estudiantes. La pandilla controla el tráfico de drogas en Guerrero y Morelos.
Murillo Karam señaló que las autoridades aún no han identificado a los autores intelectuales o el móvil para el ataque, pero que la colusión entre fuerzas de seguridad y narcotraficantes podría ir más allá de un solo municipio.
El procurador aseguró que los trabajos de identificación de los primeros 28 cuerpos continuará para determinar quiénes son.
“Continuamos… para poder identificar los cuerpos y encontrar a sus familiares que seguramente los están buscando y poder determinar los delitos que se cometieron”, dijo la víspera.
Todas las palabras del procurador, transcritas y fotocopiadas, fueron repartidas después a los familiares que esperaban noticias en la Normal de Ayotzinapa.