Por JOHN CHRISTOFFERSEN,Associated Press
NEWTOWN, Connecticut, EE.UU. (AP)
NEWTOWN, Connecticut, EE.UU. (AP) — Un hombre armado abrió fuego el viernes en una escuela primaria de Connecticut donde su madre trabajaba como profesora y mató a 26 personas, de ellas 20 niños, mientras los menores se encogían de miedo y temblaban indefensos en esquinas y armarios ante los disparos que resonaban en el inmueble.
El agresor, que portaba dos pistolas, se suicidó en la escuela en tanto que otra persona fue hallada muerta en un sitio distinto, lo que aumenta a 28 el número de muertos, informaron las autoridades.
La policía no conjeturó sobre los motivos del ataque. El individuo armado al parecer sufría desorden de personalidad y vivía con su madre en Connecticut, dijo un agente policial enterado de las investigaciones iniciales pero que no estaba autorizado a hacer declaraciones a la prensa.
La matanza ocurrió cuando faltan menos de dos semanas para la Navidad y es la segunda con el número más alto de víctimas fatales dentro de una escuela, superada sólo por la de 2007 en el Tecnológico de Virginia en la que murieron 33 personas.
Los padres llegaron en estado de pánico en busca de sus hijos a la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, una próspera comunidad de unas 27.000 personas, unos 97 kilómetros (60 millas) al noreste de la ciudad de Nueva York. La policía pidió a los alumnos cerrar los ojos cuando salieran del edificio. Los menores asisten en la escuela desde el jardín de niños al cuarto grado.
Los niños, algunos llorando y asustados, hacían filas; unos sujetaban con la mano el hombro del compañero que iba adelante mientras eran retirados con la protección de policías por un estacionamiento.
“Nuestros corazones están hoy destrozados “, dijo en la Casa Blanca el presidente Barack Obama, al borde del llanto y luchando por mantener la compostura. El mandatario se pronunció por la adopción de “medidas serias” para impedir la repetición de tragedias de este tipo.
Los menores y sus padres dijeron que los profesores se encerraron en las aulas con los alumnos y les ordenaron que se fueran todos a las esquinas o que se ocultaran en los armarios cuando los disparos retumbaban en el edificio. Las autoridades no precisaron la manera como se desarrolló el ataque a tiros.
Las autoridades tampoco facilitaron detalles sobre la víctima fatal encontrada en otro sitio y sólo señalaron que se trataba de una persona adulta a la que la policía encontró muerta mientras efectuaban las investigaciones sobre el agresor armado.
Un agente identificó al agresor como Adam Lanza, de 20 años e hijo de una profesora. Un segundo policía dijo que al parecer murió la madre del hombre, Nancy Lanza.
El hermano mayor de Adam Lanza, Ryan, de 24 años y de Hoboken, Nueva Jersey, es interrogado por las autoridades.
El agente que dijo que Adam Lanza tenía un posible desorden de personalidad señaló que Ryan Lanza ha sido extremadamente cooperativo. No se cree que Ryan haya participado en la matanza y tampoco está arrestado o detenido, aunque los investigadores le escudriñan las computadoras y su historial telefónico. Ryan dijo a la policía que no había tenido comunicación con su hermano desde 2010.
Los agentes policiales solicitaron el anonimato porque no estaban autorizados a hacer declaraciones sobre las pesquisas en curso.
El individuo armado llegó a la escuela en el automóvil de su madre, dijo uno de los agentes. Tres armas de fuego fueron encontradas, dos pistolas, una Glock y una Sig Sauer, dentro de la escuela, y un rifle calibre .223 en la parte trasera del vehículo.
El teniente de la policía estatal Paul Vance dijo que en total 28 personas perdieron la vida, incluido el agresor, en tanto que una persona resultó herida.
Robert Licata dijo que su hijo de seis años estaba en clase cuando el atacante irrumpió y disparó contra la maestra.
“En ese momento mi hijo tomó a muchos de sus amigos y salieron corriendo por la puerta”, señaló. “Fue muy valiente. Esperó a sus amigos”, agregó. Indicó que el agresor no pronunció palabra alguna.
Stephen Delgiadice informó que su hija de ochos años se encontraba en la escuela y escuchó dos disparos fuertes. Los profesores le ordenaron irse al rincón, afirmó.
“Es alarmante, especialmente en Newtown, Connecticut, que siempre se creía era el lugar más seguro de Estados Unidos”, dijo. Su hija está sana y salva.
Mergim Bajraliu, de 17 años, escuchó el eco de los disparos en su casa y corrió a la escuela donde estaba su hermana de nueve años. Agregó que su hermana, que estaba bien, alcanzó a escuchar un grito por el intercomunicador. El joven agregó que los profesores estaban temblorosos y lloraban cuando salían del edificio.
“Todos estaban traumatizados”, indicó.
Mary Pendergast, que vive cerca de la primaria, dijo que su sobrino de nueve años se encontraba en la escuela al momento de la matanza pero que no resultó herido porque su profesor de música le ayudó a ocultarse en un armario.
Richie, el hijo de siete años de Richard Wilford, cursa el segundo grado en la escuela. El niño escuchó un sonido similar “al de latas que caían”, dijo su papá.
El niño agregó que un profesor fue a ver qué era ese ruido, regresó, aseguró la puerta y llevó a los alumnos a una esquina hasta que llegó la policía.
“No hay palabras”, dijo Wilford. “Simplemente es el terror, la sensación del peligro inminente, llegar hasta tu hijo y estar ahí para protegerlo”.
El viernes en la tarde, integrantes de las familias de algunos de los alumnos se retiraron, algunos llorando, de un cuartel de bomberos en el que eran atendidos. Un hombre, que vestía sólo una playera, puso sus brazos alrededor de una mujer mientras ambos caminaban a la mitad de la calle abstraídos de todo lo demás.
Otra mujer, con lágrimas en la cara, se retiró con un niño en un asiento de coche y una bolsa que parecía contener juguetes y animales de peluche.
“El demonio visitó hoy esta comunidad y es muy pronto para hablar de una recuperación, pero cada padre, cada hermano, cada integrante de las familias tiene que comprender que todos estamos unidos en Connecticut. Haremos lo que podamos para superar este suceso”, dijo el gobernador Dannel Malloy.
Adam Lanza y su madre vivían en el sector pudiente de Newtown, donde los vecinos son doctores o tienen empleos de rango en empresas como General Electric, Pepsi e IBM.
La matanza evocó de inmediato la ocurrida en 1999 que dejó 15 muertos en la secundaria de Columbine y la que terminó con 12 muertos en julio en un cine en Aurora, Colorado.
“Uno va a un cine en Aurora y de repente le quitan la vida”, dijo el director de Columbine, Frank DeAngelis.
“Uno va a un centro comercial en Portland, Oregon, y le quitan la vida. Esta mañana, los padres despidieron a besos a sus niños sabiendo que estarían en casa para celebrar la temporada de fin de año; nadie espera que suceda algo como esto. Creo que como sociedad, necesitamos estar unidos. Deben parar estas muertes sin sentido”, agregó.
Las declaraciones de Obama sobre la tragedia fueron uno de los momentos más conmovedores de su presidencia.
“La mayoría de los fallecidos eran niños; niños hermosos, pequeños, entre las edades de 5 y 10 años”, dijo Obama.
Hizo una pausa durante unos segundos para mantener la compostura mientras se le aguaban los ojos y se secó uno. A unos pasos, dos colaboradores lloraron y se tomaron de las manos mientras escuchaban a Obama.
“Ellos tenían todas sus vidas por delante: cumpleaños, graduaciones, bodas, sus propios hijos”, continuó Obama sobre las víctimas. “Entre los caídos había también maestros, hombres y mujeres que dedicaron sus vidas a ayudar a nuestros hijos”.
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