MORELIA, México (AP) — Las familias de los 13 policías mexicanos asesinados en una aparente emboscada del crimen organizado se reunieron el martes afuera de una funeraria en el estado occidental de Michoacán. Muchos de ellos están furiosos con el gobierno y los jefes policiales ya que consideran que los enviaron a una muerte segura.
“Los buenos están aquí”, dijo señalando hacia la enorme funeraria el hermano de Marco Antonio González, uno de los oficiales asesinados.
“Y los responsables de esto, también están aquí”, agregó. Él y otros familiares se negaron a dar sus nombres por temor a represalias.
El presidente de México Andrés Manuel López Obrador dijo que el ataque del lunes era “lamentable”, pero que sigue comprometido con su estrategia de seguridad y mientras las tasas de homicidio han alcanzado cifras récord.
“Vamos a seguir con nuestra estrategia”, dijo el martes López Obrador.