Masacre en Noruega

AP

El autor confeso de las peores matanzas modernas en tiempos de paz en Noruega dijo que espera pasar el resto de sus días en prisión, pero que otras dos células de su red terrorista continúan libres, dijeron el lunes las autoridades.

Anders Behring Breivik aceptó ser el responsable del atentado explosivo en la capital noruega y de dispararle a jóvenes que asistían a un campamento político, pero se declaró inocente ante un juez y afirmó que deseaba salvar a Europa de la inmigración musulmana.

El fiscal Christian Hatlo dijo a la prensa que Breivik estuvo muy tranquilo y “no parecía perturbado por lo ocurrido”.

El acusado declaró a los investigadores durante su interrogatorio que nunca esperó ser dejado en libertad, según el fiscal.

Breivik aludió a otras dos “células” de su red, a la que describe como nuevos Caballeros Templarios, los cruzados medievales que protegían a los peregrinos cristianos en Tierra Santa. En una parte de un manifiesto que divulgó poco antes del ataque, Breivik se refirió con brevedad a la intención de contactar a otras dos células, un término que dice se refiere a “grupos pequeños y autónomos” encabezados por comandantes individuales.

Por su parte, la policía redujo el lunes de 86 a 68 el total de víctimas fatales en el ataque a tiros contra jóvenes en la isla de Utoya y reconoció que sus cifras iniciales fueron elevadas más de la cuenta.

El número total de muertos en ambos ataques se redujo de 93 a 76. Oystein Maeland, portavoz de la policía, dijo que la cifra errónea más elevada surgió en momentos en que la policía y socorristas se concentraban en dar asistencia a los sobrevivientes y en proteger la zona, aunque no abundó en mayores detalles sobre las razones de la cuenta excesiva.

La policía también elevó de siete a ocho el número de víctimas fatales del atentado con bomba ocurrido afuera de las oficinas de gobierno en Oslo antes del ataque a tiros contra los jóvenes.

Noruega, un país liberal y pacífico, se cimbró ante ambos atentados, que el sospechoso dijo tenían el propósito de dar la chispa para una revolución que inspirara a los noruegos a que recuperen su país de los musulmanes y otros inmigrantes.

Breivic culpó a los liberales en Noruega de defender al multiculturalismo por encima de la cultura “indígena” del país.

El sospechoso dijo que perpetró el atentado con bomba en Oslo y la matanza a tiros de jóvenes en la isla como estrategia de “mercadotecnia” para su manifiesto.

En entrevista difundida en el tabloide sueco Expressen, el padre del sospechoso afirmó que está avergonzado e indignado por los actos de su hijo y deseaba que éste se hubiera suicidado.

“No me siento como su padre”, dijo el ex diplomático Jens David Breivik en su casa en el sur de Francia.

El primer ministro Jens Stoltenberg encabezó el lunes una ceremonia nacional de un minuto de silencio por las víctimas de ambos ataques durante un acto en las escalinatas de la universidad en Oslo.