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Agencia Reforma
Aunque muchas personas creen que el azúcar es el principal causante de la caries dental, se equivocan, pues este carbohidrato en sí mismo no es el culpable, sino las bacterias presentes al interior de la boca debido a una deficiente higiene.
Sin una adecuada limpieza, las bacterias que naturalmente habitan en ella utilizan a los carbohidratos -azúcar, almidones y fibras- para producir un ácido que, a su vez, da origen a la llamada placa bacteriana.
Esta placa se adhiere a los dientes y provoca el desgaste del esmalte al grado de generar esos pequeños orificios llamados caries. El “ataque” de este ácido puede prolongarse entre 20 y 30 minutos después de comer, o más tiempo si algún resto de comida queda atrapado entre los dientes.
Por ello, el riesgo de presentar caries no se deriva del consumo de azúcar y demás carbohidratos, sino del tiempo que los residuos de éstos permanecen dentro de la boca y entre los dientes.
Un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de Medicina de Kaunas, en Lituania, con mil 80 niños de 30 países probó que la higiene deficiente es la que provoca las caries, que afectan a entre 60 y 90 por ciento de los chicos en edad escolar.
“Los niños con una tasa baja de cepillado dental se relacionan con un nivel de caries más alto”, refiere el artículo publicado en Community Dental Health 2010.
La caries es una afección multifactorial, en la que, además de las bacterias, interviene la saliva, la calidad del esmalte y la susceptibilidad genética de la persona a desarrollarla, entre otras causas.
Pero, que los carbohidratos participen en la generación de caries no significa que deba dejar de consumirlos, pues como advierte el Instituto del Azúcar Canadiense: “comer una amplia variedad de carbohidratos (frutas, verduras, cereales, harinas) es fundamental para mantener la salud, por lo que restringir el consumo de éstos como una estrategia para combatir la aparición de caries puede alterar el buen funcionamiento del organismo”. Lo que se requiere es una buena higiene bucal.
Las claves de la prevención
Ÿ Cepillarse los dientes después de cada comida: mientras más tiempo permanezcan los restos de alimentos en la boca, mayor el riesgo de que se produzca placa bacteriana.
Ÿ Utilizar hilo dental: muchas partículas de comida pueden permanecer entre los dientes sin que el cepillado habitual pueda eliminarlas. El hilo dental se encarga de ello.
Ÿ Utilizar un enjuague bucal con flúor: esta sustancia ayuda a conservar el esmalte, aunque debe usarse con cuidado. En exceso, puede generar fluorosis o manchas blancas en los dientes.
Ÿ Acudir al dentista con regularidad: para prevenir o detectar a tiempo la aparición de caries o cualquier otra enfermedad.