Jesús Aguirre: líder hispano de Seattle Parks & Recreation

Por Camilo Molina,

La Raza del Noroeste

La persona a cargo del sistema de parques y recreación de la ciudad de Seattle tiene un nombre hispano. A pesar de conocerlo fugazmente y con el afán preciso de hacer una entrevista en el que diera una visión general por el recorrido de su vida personal y profesional, Jesús Aguirre entrega la tranquilidad eficaz que da una buena primera impresión.

Es mucho lo que se puede contar e intercambiar en 27 minutos de una entrevista convertida en plática. Un profesional como Aguirre que ha dedicado la mayor parte de su vida a la educación en diferentes distritos escolares de la nación, hace permanente énfasis en la importancia de estar cerca de la gente, de escuchar lo que requiere en mayor y menor medida la comunidad con la cual se relaciona y adaptar sus proyectos a esas necesidades. Esto es lo que está sucediendo con Seattle Parks and Recreation.

Si se tiene proyectado construir un nuevo parque, la oficina encargada de los parques en Seattle instala una mesa en el terreno con encargados que brindan información a las personas que pasan y al mismo tiempo les reciben sus sugerencias y opiniones para definir las necesidades más relevantes de la obra.

“Muchas veces hacemos una reunión en el mismo parque que está en pleno desarrollo y pedimos ideas de la comunidad y le contamos a las personas de qué se trata. También queremos, siempre que haya oportunidad, que nuestro personal allí pertenezca a la misma comunidad, que hable en su idioma de ser necesario y que la represente. No siempre tenemos esa oportunidad, pero lo intentamos siempre que podemos”

En referencia a los 27 centros comunitarios de la ciudad, que dependen directamente del departamento de Parks and Recreation, Aguirre es claro en que su importancia es fundamental para el éxito de los proyectos en las zonas de bajos recursos de la ciudad. “Sabemos que ahí es donde tenemos menos programas porque el sistema se encuentra basado en pagar por ellos. Estamos buscando maneras de llevar los programas allí de manera gratuita para que la gente pueda aprovecharlos”

“Uno de estos es por ejemplo los programas en South Park. Ahí hay mucha gente hispana. En poco tiempo vamos a cambiar los horarios del centro. Acabamos de destinar nuevos fondos para los programas que allí se ofrecen y que el centro esté más tiempo abierto para la comunidad”

La historia personal de Jesús Aguirre no se aleja de la de cualquier otro hispano en los Estados Unidos. Si algo queda claro, eso sí, es que sus metas han sido cumplidas, quizás porque se ha trazado un horizonte claro para sí mismo o quizás contagiado por el convencido propósito de sus padres acerca del futuro mejor.

Hay que tener diversos valores pero, por sobre todas las cosas, es necesaria una voluntad sólida y persistente. Aguirre comienza a hablar de su vida y de su historia con el vital entusiasmo del orgullo. Va hasta atrás, a una aventura que inició hace 45 años en Houston, Texas, cuando sus padres llegaron desde Saltillo, Coahuila, arropados por el sueño que es regla en la mayoría de las pretensiones hispanas, el de buscar un porvenir más grato.

La pareja pisaba los Estados Unidos con seis hijos y en la medida del esfuerzo y las necesidades del tiempo, los iban ubicando a cada uno en centros educativos que los prepararan en la adaptación de los enormes desafíos del éxito.

“Llegamos a una zona de Houston en donde había pandillas, zona de bajos recursos. Aunque mis padres no estudiaron y no entendían el sistema educativo, sabían que eso era lo que necesitábamos. Yo tuve la suerte de que mis amigos y sus padres eran gente que toda iba a la universidad y sabían qué hacer. Yo me uní a ellos. Estudié biología, me desvié hacia la educación y trabajé como maestro y director de escuela”

En referencia a los cambios políticos que pueden acontecer con la nueva presidencia que asume el próximo 20 de enero, Aguirre es consciente de los desafíos que plantea, pero está seguro de que trabajando más cerca de la comunidad y comprendiendo sus nuevos retos, las dificultades y los problemas serán mejor atendidos.

“Todo el mundo es bienvenido aquí en nuestra comunidad. Sabemos que la gente va a los centros comunitarios en busca de información y de algún lugar en el que puedan sentirse seguros y apoyados. Quiero que entiendan que estos centros son lugares seguros, cualquier persona puede asistir sin importar de donde viene, nuestra gente trabaja para que eso suceda”