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Aunque el vórtice de Irene abandonó suelo estadounidense el lunes por la madrugada, la tormenta tropical seguía causándole problemas a millones de personas en el noreste del país, con inundaciones en Vermont y dificultades por el lento restablecimiento del transporte colectivo en Nueva York.
Irene dejó al menos 24 muertos y a millones de estadounidenses sin electricidad en gran parte del litoral oriental, y también obligó a las aerolíneas a cancelar unos 9.000 vuelos.
A pesar de todo, nunca se convirtió en la pesadilla que habían advertido tanto los meteorólogos como los funcionarios públicos. Muchos de sus peores efectos estuvieron relacionados con las lluvias fuertes que cayeron en el interior del país, no con las muy esperadas marejadas en la costa.
Los residentes de Pensilvania y Nueva Jersey vieron nerviosos cómo los ríos y arroyos crecieron intempestivamente con aguas equivalentes a horas de lluvia. Los cauces, que normalmente llevaban pequeñas corrientes de agua, apenas fueron suficientes la noche del domingo para dar cabida a torrentes en Vermont y el estado de Nueva York. Algunos de los ríos arrastraban ramas de árboles, automóviles, partes de puentes y otros escombros.
“Esto no ha terminado”, advirtió el presidente Barack Obama desde el Rosedal de la Casa Blanca.
Cientos de residentes de Vermont recibieron órdenes de desalojar sus hogares después que Irene arrojó varios centímetros de lluvia en el estado sin costas. Un video subido en Facebook mostró un puente de 141 años de edad en Rockingham mientras era arrastrado por las aguas turbulentas y fangosas del río Williams.
En otro video, un río en Bennington arrastraba un automóvil vacío.
Casi cinco millones de hogares y negocios se quedaron sin electricidad en algún momento de la tormenta. La luz comenzó a regresar para muchos el domingo, aunque se espera que pasen días para que el flujo eléctrico se restaure completamente.
En la ciudad de Nueva York sólo 50.000 clientes de los servicios eléctricos se quedaron a oscuras, pero la gente tenía otra cosa de qué preocuparse: cómo llegar al trabajo el lunes.
Todo el sistema de transporte colectivo, que fue cerrado por primera vez en la historia debido al mal tiempo, seguía teniendo problemas para restaurar el servicio con el paso de las horas.
El sistema de autobuses comenzó un servicio limitado el domingo, y el tren subterráneo de Nueva York se reanudó parcialmente a las 6 de la mañana del lunes (1000 GMT), pero se advirtió a los usuarios que habría filas largas y esperas prolongadas.
El servicio de trenes de pasajeros a Long Island y Nueva Jersey fue restaurado parcialmente, pero el de trenes a los suburbios del norte de la ciudad de Nueva York fue suspendido debido a las inundaciones y deslizamientos de lodo.
Los aeropuertos en Nueva York y otros de la zona del noreste del país estaban reabriendo a cientos de miles de pasajeros varados cuyos vuelos fueron cancelados el fin de semana.
Algunos de los taxis amarillos de Nueva York cruzaban charcos que cubrían sus ruedas y el agua cubrió un puerto de pesca deportiva cerca de la Bolsa Mercantil de Nueva York, donde se negocian el oro y el petróleo, pero las inundaciones en la Gran Manzana no fueron tan extensas, pese a que el vórtice de Irene pasó sobre Coney Island y el Central Park.
La Bolsa de Valores de Nueva York y otros grandes mercados abrieron el lunes como de costumbre y el monumento a los atentados del 11 de septiembre del 2001 en el Centro Mundial de Comercio no perdió ni un solo árbol.