Cindy Arriola
La Raza del Noroeste
No usa una capa, ni atraviesa paredes. Sin contar con ninguna fuerza sobrenatural, es considerada una heroína, por muchos en su comunidad.
Mientras camina por la cocina del Centro Comunitario del Vecindario en South Park, escrito en letras blancas, en la espalda de su playera dice: “Traiga su alma a servir”. Y exactamente es su alma, la que le da el empujón a Juanita Rivera, para seguir sirviendo.
Por las mañanas la Sra. South Park es vista montada sobre su triciclo camino al banco de alimentos, el centro comunitario o el hogar de alguna persona que requiera articulos de primera necesidad.
Rivera soñaba con un triciclo con una canastita en la parte trasera. Ella logró conseguir uno en un ‘garage sale’, ahora la canasta viaja llena de jugo de naranja, papas, galletas, leche, cereal, arroz o de cobijas y ropa.
“Cuando alguien necesita algo, yo salgo en mi bicicleta”, comentó ella. “Me siento contenta, feliz de poder ayudar”.
Pero la vida no siempre ha sido color de rosas para Rivera quien cuenta con 63 años de edad. En los 90, su hija y la pareja de ella fueron asesinados en South Park. Rivera lleva 20 años que viviendo en el área, y dijo que nunca pensaría mudarse del lugar.
“Extraño a mi hija, es por eso que me involucro en mi comunidad”, dijo. “Estar aquí me hace sentir cerca de ella…Me moriría si no estuviera haciendo algo”.
Nacida en Texas, de abuelos mexicanos, la Sra. South Park, creció en restaurantes. Sus padres eran dueños de restaurantes mexicanos en Moses Lake. Allí empezó su amor por la cocina.
En el centro comunitario, Rivera cocina para las personas ancianas o indigentes, los sábados y jueves. Para Navidad ella compartió sus tamales de frijoles.
A pesar de ser tercera generación americana, Rivera habla el español fluido. Desde muy pequeña ella dijo que en su casa se hablaba en español. Y fue en su casa, también donde ella aprendió que el ayudar a otros era importante.
“Mi madre se quitaba la comida de la boca por dársela a otras personas”, dijo ella.
El día de Rivera comienza cuando muchos aun continuamos durmiendo, desde las 5 a.m. De lunes a sábado se dirige hacia el centro comunitario. El domingo es el único día libre para Rivera; ella lo comparte con sus dos pajaritos. En si, no es un día libre, si alguien llama a la Sra. South Park, ella muy contenta, se monta en su bicicleta y lleva ayuda a quien lo necesite.