Heredero de Chávez arranca con un mandato débil

ALEXANDRA OLSON y CHRISTOPHER TOOTHAKER

The Associated Press

Casi la mitad de los votantes venezolanos expresaron que no querían a Nicolás Maduro en la silla presidencial. Él ha heredado una economía disfuncional, una red de energía eléctrica en deterioro y una de las tasas de homicidios más altas del mundo. Incluso ya ha surgido cierto descontento en el movimiento de Hugo Chávez, quien lo escogió para continuar con su revolución socialista.

Maduro fue certificado oficialmente el lunes como el ganador de una disputada elección presidencial en medio de dudas sobre su capacidad como líder después de haber desperdiciado una ventaja de dos dígitos en la campaña a pesar de una efusión de simpatía tras la muerte de Chávez.

Incluso antes de que Maduro se ocupe de los crecientes problemas de Venezuela, enfrenta un cuestionamiento a su victoria.

El líder opositor Henrique Capriles exigió un recuento de los votos del domingo, luego de que las cifras oficiales mostraron que perdió por un margen estrecho. Mientras el Consejo Nacional Electoral proclamaba vencedor a Maduro, muchas personas salieron a los balcones de los edificios de apartamentos de Caracas para golpear ollas y cacerolas en señal de protesta.

En varias partes de la ciudad, miles de estudiantes se enfrentaron brevemente con elementos de la Guardia Nacional, que les dispararon gases lacrimógenos y balas de plástico.

Pero Maduro no es todo debilidad. El carismático Chávez le dio un poder inmenso a la presidencia en sus casi 14 años en el poder y los socialistas dominarán la Asamblea Nacional durante por lo menos dos años más.

Líderes del gobierno y las fuerzas armadas cerraron filas alrededor de Maduro el lunes en varias presentaciones en televisión, donde defendieron el resultado oficial de las elecciones y acusaron a Capriles de tratar de fomentar la violencia.

Sin embargo, horas antes de la muestra de unidad, un líder chavista clave había mostrado señales de descontento.

Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y a quien muchos consideran el principal rival de Maduro en el movimiento chavista, expresó su decepción en dos mensajes de Twitter después que la presidenta del CNE anunció los resultados de las elecciones. En el primero pidió una “profunda autocrítica” dentro de las filas chavistas. En el segundo, escribió: “Busquemos nuestras fallas hasta debajo de las piedras”. Maduro puede tener otro punto a su favor: otros líderes chavistas no tienen una base propia lo suficientemente amplia después de años a la sombra de Chávez. Eso puede motivarlos a mantenerse unidos el mayor tiempo posible.