Helicópteros oficiales bajo fuego de narcos en México

MARK STEVENSON

The Associated Press

Los helicópteros de fuerzas federales mexicanas han sido atacados en 28 ocasiones durante los cinco años de la lucha contra el narcotráfico emprendida por el gobierno del presidente Felipe Calderón, según documentos oficiales divulgados el lunes.

En los primeros dos años de la lucha contra el narcotráfico, la Fuerza Aérea, la Marina y la Procuraduría General de la República reportaron que no hubo ningún ataque, pero a partir de 2008 la situación cambió.

Los reportes oficiales señalaron que en 2008 cuatro helicópteros fueron alcanzados por disparos, lo cual dejó a un oficial a bordo herido; en 2009, seis más fueron atacados en los rotores, puertas laterales e incluso en el compartimiento del motor, aunque todas las aeronaves al parecer pudieron aterrizar.

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El año 2010 fue el peor año, con 14 helicópteros atacados y un miembro de la tripulación herido. Algunos equipos recibieron hasta siete impactos de balas que tocaron parabrisas, fuselaje y rotores.

En 2011 sólo se reportó que tres helicópteros fueron alcanzados por disparos, aunque el número podría ser mayor: la Policía Federal no divulgó información sobre los ataques a sus aeronaves, aunque hace unos meses informó que el 24 de mayo dos agentes fueron heridos cuando eran transportados en uno de sus helicópteros que fue atacado por sicarios en el estado occidental de Michoacán.

La información de los ataques a los helicópteros fue requerida por el diario Milenio a través de una solicitud de información pública. The Associated Press tuvo acceso a los documentos el lunes.

Grupos del narcotráfico han sido señalados en el pasado de colocar cuerdas sobre plantíos de amapola y marihuana para intentar derribar helicópteros militares y policiales.

En 2003, en lo que las autoridades dijeron entonces que fue el primer ataque fatal de su tipo atribuido a narcotraficantes, hombres armados que resguardaban una plantación de amapola derribaron dos helicópteros de la policía y ocasionaron la muerte de los cinco agentes a bordo.

Ese tipo de ataques, sin embargo, eran poco frecuentes.

El aumento de los atentados contra las aeronaves muestra la mayor ferocidad de los grupos del narcotráfico y también respalda la reciente afirmación del gobierno que el 2010 ha sido el peor año en la espiral de violencia atribuida al crimen organizado.

Los asesinatos atribuidos al crimen organizado se incrementaron 11% en los primeros meses del 2011, cuando se registraron 12.903 asesinados, en comparación con los 11.583 del mismo periodo del 2010, según estadísticas divulgadas hace unos días por la Procuraduría General de la República (PGR).

La tasa de crecimiento, sin embargo, se disparó un 70% en los primeros nueve meses de 2010, respecto al mismo periodo de 2009.

También el lunes, autoridades informaron que siete pistoleros murieron en un enfrentamiento con policías federales en una carretera de las inmediaciones de la ciudad de Cuernavaca, al sur de la capital del país.

La Procuraduría de Justicia del estado central de Morelos informó en un comunicado que tras el enfrentamiento fue capturado uno de los presuntos agresores y un policía federal resultó lesionado en un pie.

La autoridad estatal afirmó que los pistoleros pertenecían a la delincuencia organizada, aunque no precisó a qué grupo.

En Morelos, cuya capital es Cuernavaca, las autoridades han reportado disputas entre remanentes del cartel de los hermanos Beltrán Leyva.

Luego de que el capo Arturo Beltrán Leyva murió a manos de la Armada en diciembre del 2009 en Cuernavaca, la zona ha padecido en varios momentos enfrentamientos tras una división de facciones de su cartel.

El mismo lunes, el procurador de justicia de la Ciudad de México dijo que las dos personas encontradas decapitadas dentro de una camioneta incendiada en la entrada de un centro comercial la semana pasada habían sido secuestradas un día antes y no tenían antecedentes penales.

Jesús Rodríguez Almeida, procurador de justicia de la capital, dijo que las víctimas eran una secretaria de 19 años que laboraba en una estación de radio estatal (Radio Educación) y su novio de 28 años que vendía electrodomésticos.

Los cuerpos descabezados fueron encontrados en el barrio acaudalado de Santa Fe, aunque Rodríguez dijo que fueron asesinados en otro sitio. El motivo de los asesinatos se desconoce, pero el patrón es común entre las pandillas de narcotráfico mexicanas.