LOS ANGELES (AP) — Yolanda Lupoe, hermana de un hombre que mató a su esposa guatemalteca y cinco hijos antes de suicidarse, dijo que la última vez que vio a su hermano, él parecía estar disfrutando de la vida con su familia. Ervin Lupoe, agregó, organizó una barbacoa en su casa, incluyendo una casa inflable para niños y una piñata en el traspatio, para celebrar el segundo cumpleaños de sus gemelos.
Seis meses después, dijo la policía, él mató a todos a disparos en su casa de Wilmington, antes de tomar el arma y matarse.
El y su esposa habían sido despedidos de sus empleos en un hospital, estaban ahogados en deudas fiscales y no sabían cómo iban a mantener a su familia, en fuerte contraste con la pareja feliz que Lupoe visitó en julio.
“Ellos eran una familia asombrosamente feliz, muy unida, justo como su foto familiar”, afirmó Lupoe, de 37 años, en una entrevista con The Associated Press el lunes. “Ellos se reían, sonreían constantemente”.
Lupoe dijo que la imagen que guarda de ese día soleado del verano pasado choca con la realidad en que ella se encuentra ahora.
La policía dice que Ervin Lupoe mató su esposa Ana, su hija de ocho años y sus dos pares de gemelos –dos niños de dos años y dos niñas de cinco– la tarde del 26 de enero, antes de matarse la mañana siguiente.
“¿Por qué?”, preguntó. “¿Por qué tuvo que pasar esto?”.
Yolanda Lupoe recuerda a los niños corriendo por todos lados, riéndose sin control durante la fiesta de cumpleaños. Cuando uno de los dos niños festejados parecía agobiado, su padre lo consolaba.
“Descubrí que mi hermano era un padre muy compasivo, amoroso, que quería mucho a su familia”, dijo Yolanda Lupoe. “El era muy protector y amoroso”.
Agregó que su hermano mayor nunca tuvo problemas mentales. Culpó de sus acciones a la desesperación después de enterarse que él y su esposa fueron despedidos como técnicos del hospital Kaiser Permanente del Centro Médico del oeste de Los Angeles.
“No tenían esperanzas”, dijo. “Me puedo imaginar cómo las cosas empezaron a amontonarse. Sin ninguna esperanza constantemente”.
Antes de suicidarse, Ervin Lupoe envió una carta por fax a una estación de la televisión local donde expresa su molestia con un administrador del hospital. La pareja había sido despedida después que ambos mintieron sobre sus ingresos a fin de obtener un servicio de guardería más barato para sus hijos, dijo la policía.
“Simplemente es increíble e inconcebible”, dijo con una voz que se desvanecía por el pesar.
El cuerpo de la esposa será enviado a Guatemala junto con los cuerpos de las tres hijas de la pareja. Ana Lupoe tenía doble ciudadanía, de Guatemala y Estados Unidos.