SPOKANE, Wash. (AP) – La medicina no es un campo para los aprensivos.
Solo pregúntele a Danna Rosales, una estudiante de preparatoria de Kennewick que tuvo una experiencia cercana con un cadáver humano la semana pasada en el facultad de ciencias de la salud de Washington State University en Spokane.
“Fue surrealista”, dijo Rosales. “Tengo que sostener un corazón humano y un cerebro humano”. Rosales fue una de los 23 estudiantes de la preparatoria de ciudades predominantemente pequeñas en todo el estado que vinieron a Spokane a un campamento de una semana llamado Atrévete a Soñar-La Academia de Ciencias de la Salud, (Health Sciences Academy Dare to Dream). El programa cuenta como crédito de escuela debido al trabajo intensivo que deben hacer los estudiantes. Se quedaron en los dormitorios de la Universidad Gonzaga por la noche, pero pasaron la mayor parte del tiempo en el campus de WSU. Las Academias Atrévete a Soñar de Washington, organizadas en universidades estatales, están abiertas para estudiantes que califican para el Programa de Educación para Migrantes financiado con fondos federales.
Un “niño migrante” debe ser menor de 22 años y ser elegible para la educación pública según la ley estatal. El programa inspira a los estudiantes de preparatoria a explorar las ciencias de la salud. Los participantes también deben haberse mudado dentro de los últimos 36 meses, y deben tener un guardián que sea un trabajador migrante o ellos mismos ser trabajadores migrantes. La Oficina del Superintendente de Instrucción Pública (OSPI por sus siglas en inglés) administra los fondos federales para el programa estatal de educación para migrantes, lo que ayuda a garantizar que los niños que se mudan constantemente de ciudad a ciudad o de distrito escolar a distrito escolar, a menudo debido al trabajo de su familia, no pierdan créditos y se queden en el colegio. Para hacer la academia de Atrévete a Soñar una realidad, OSPI se asoció con universidades estatales para organizar varios programas en diferentes disciplinas académicas durante todo el verano.
Rosales se mudó a una nueva escuela cada año cuando estaba en la escuela primaria, debido al trabajo de su familia. Su madre es una trabajadora agrícola. Una coordinadora en su distrito escolar seleccionó a Rosales para participar en el programa Atrévete a Soñar este verano. El programa está dirigido a estudiantes que ya han tomado algunos cursos de ciencias de alto nivel y están en vía de graduarse. Rosales fácilmente cumplía los criterios. Ella está en el programa Running Start, tomando cursos universitarios en Columbia Basin College mientras obtiene créditos para graduarse en Kennewick High School. Se graduará con un título de asociado y su diploma de la preparatoria el próximo año, pero como la más joven de su familia, Rosales dijo que sus padres le dijeron que aprovechara todas las oportunidades que tiene. “Seré la primera en graduarme de la preparatoria”, dijo sobre su familia inmediata. A través del programa Atrévete a Soñar, Rosales aprendió acerca de muchas posibles carreras en el campo de la medicina, más allá del trabajo de enfermeras y médicos. Ella disfruta de la química, por lo que le interesó especialmente escuchar a un profesor de la Facultad de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas de WSU. Los estudiantes fueron emparejados con los estudiantes actuales de medicina y enfermería de WSU, cuales sirvieron como mentores durante la semana. Una de las mentoras, la estudiante de medicina Marlene Carmona, creció en Mattawa, una pequeña ciudad predominantemente hispana en el sureste de Washington. Carmona dijo que ir a WSU en Pullman fue un gran cambio para ella, en parte porque el campus era predominantemente blanco.
Además, ella era la única en su grupo de amigos que iba a la escuela de medicina. “También me di cuenta de que no tenía mentoras latinas en medicina”, dijo Carmona. Mientras se preparaba para postularse a la escuela de medicina durante las entrevistas simuladas, a menudo le preguntaban: “¿Quién es tu modelo a seguir en medicina? “Al instante, lo supe”, dijo. “Era como una cosa subconsciente que tenía en la cabeza: mi modelo a seguir era mi futuro, porque no conocía a nadie más que se pareciera a mí, que fuera médico o estudiante de medicina”. Carmona dijo que participó en programas similares a Atrévete a Soñar, aunque estaba más orientada hacia el liderazgo, cuando estaba en la escuela preparatoria. Ella dijo que los mentores eran vitales para su éxito, especialmente cuando llegó a WSU Pullman para estudiar para su licenciatura. Allí, ella participó en el Programa de Asistencia Universitaria para Migrantes, (CAMP por sus siglas en inglés) que según dijo le dio un sentido de comunidad. Pocos años después, Carmona es mentora de estudiantes aspirantes de medicina.
Atrévete a Soñar fue diseñado teniendo en cuenta la experiencia de los estudiantes migrantes, dijo David García, Asistente de WSU para Programas de Ruta e Inclusión. Los estudiantes aprendieron y trabajaron en un estudio de caso real de una trabajadora agrícola migrante que estaba embarazada y realizaron presentaciones al final de la semana sobre cómo se podrían mejorar los resultados de salud. “Queremos asegurarnos de que lo que están experimentando aquí sea relevante para sus comunidades y lo que experimenten en el estado de Washington”, dijo García. David García y Armando Isais-García, el Supervisor del Programa de Educación de Salud para Migrantes de la Oficina del Superintendente de Instrucción Pública, dieron forma al currículo desde cero, para que los estudiantes pudieran comprender cómo las ciencias de la salud impactan en sus propias comunidades. Este es el primer año que los estudiantes participan en un programa de ciencias de la salud a través de Atrévete a Soñar, e Isais-García dijo que espera que WSU y OSPI puedan asociarse nuevamente en los próximos años y expandir el programa para incluir a más estudiantes. “Estos estudiantes reciben información y acceso a los equipos que la mayoría de los estudiantes no reciben hasta la escuela de medicina”, dijo Isais- García. Rosales no ha decidido qué hará después de graduarse en 2020, pero su semana en Spokane le dio muchas ideas nuevas. Ella dijo que aprender de los estudiantes de enfermería y medicina de WSU fue un punto culminante de su semana. “Todos los mentores allí fueron increíbles”, dijo Rosales. “Fue una de mis partes favoritas del viaje”. Carmona acredita a sus mentores en la universidad y en su hogar en Mattawa por llevarla a donde está hoy: en camino a convertirse en una doctora. “Mi primer año de universidad, fue muy importante para mí”, expresó Carmona. “Ver a personas que se parecían a mí y que venían de lugares como de los que yo salí, que tienen oportunidades disponibles para ellos debido a su éxito académico, me hizo sentir que si ellos podían hacerlo, yo también puedo”.