Charlotte* no recuerda mucho de lo ocurrido el mes de marzo. Ni siquiera recuerda haber dado positivo a la prueba del COVID-19. Recuerda haber pensado que tal vez andaba con alergias a principios de marzo, pero al final de esa semana “se enfermó muy rápido”.
Cuando Charlotte comenzó a tener problemas para respirar, la llevaron en ambulancia al hospital Swedish y la pusieron en aislamiento. Cuando llegó al hospital, su respiración estaba tan mal que ni siquiera podía soplar lo suficiente para apagar una vela.
Mujer durmiendo enferma en la cama.
Los síntomas de COVID-19 incluyen dolores corporales, fiebre y escalofríos.
Charlotte vive en el condado de King. Tiene 40 y tantos años y no tiene trastornos de salud colaterales. Como no se le consideraba de alto riesgo de enfermarse gravemente con el COVID-19, no estaba muy preocupada de contagiarse. Todo eso cambió rápidamente.
Poco después de que Charlotte se enfermara, su marido y sus dos hijos también se contagiaron con COVID-19. Como la mayoría de las personas, su esposo y sus hijos tuvieron una enfermedad leve y se recuperaron bien en unas dos semanas. Sin embargo, una enfermedad leve puede ser bastante miserable. El marido de Charlotte tuvo fiebre alta y terribles dolores musculares por lo que estuvo postrado en cama durante casi una semana.
Junto con sus problemas respiratorios, Charlotte tuvo fiebre leve y diarrea; perdió su sentido del gusto y el olfato, y tuvo dolores corporales que describió como mucho peores que los que dan con la gripe. Ha tenido altibajos en su recuperación, pero los síntomas más graves persistieron por alrededor de un mes. Meses después, ya está mejor. Está trabajando de nuevo, pero todavía sigue recuperándose. Incluso ahora, se encuentra completamente agotada al final de su día de trabajo.
Charlotte se frustra mucho cuando la gente minimiza los efectos del COVID-19 y dice: “Es como la gripe”. Ella nos dijo: “El COVID es brutal. Definitivamente no te conviene enfermarte de esto”. La larga y lenta recuperación ha sido “para una persona sana… mucho más de lo que nunca habría pensado.”
La experiencia de Charlotte con el COVID-19 ha cambiado su perspectiva de la vida: “Es que no sabemos lo que no depara el destino y deseo vivir la vida lo más plenamente posible, mientras pueda.”
Practique la compasión
Incluso si usted no está en una categoría de alto riesgo, todavía podría enfermarse del COVID-19. ¡Y una enfermedad leve tampoco es para tomarlo a la ligera! Protéjase usted y a sus seres queridos. Mantenga sus reuniones pequeñas, con poca frecuencia y al aire libre. Cúbrase la cara con su mascarilla cuando esté en público.
*el nombre es ficticio para mantener la confidencialidad
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