Por JULIE PACE
Associated Press
ATLANTA (AP) — El presidente Barack Obama dijo el lunes que las misiones de combate de Estados Unidos en Irak finalizarán el 31 de agosto “tal como estaba prometido y previsto”, algo que consideró un éxito de su gobierno aunque ocurre en momentos de persistente inestabilidad e incertidumbre en Irak.
Obama mencionó los avances alcanzados para el retiro de las tropas de combate. Una fuerza de transición de 50.000 soldados se quedará en el país para entrenar a los cuerpos de seguridad iraquíes, realizar operaciones antiterroristas y otorgar seguridad para los programas de ayuda a la población civil. Según el acuerdo negociado con los iraquíes en el 2008, todos los soldados de Estados Unidos deben estar fuera de Irak para finales del 2011.
“La dura verdad es que no hemos llegado al final del sacrificio estadounidense en Irak”, dijo el presidente en un discurso ante la convención nacional de Veteranos Estadounidenses Discapacitados. “Pero no se equivoquen, nuestro compromiso en Irak está cambiando de un esfuerzo militar liderado por nuestros soldados, a un esfuerzo civil liderado por nuestros diplomáticos”.
El principal mensaje de Obama fue que su gobierno avanza en el cumplimiento de su promesa electoral de terminar con la guerra en Irak, una posición que quizá fue la que más definió su candidatura en el 2008 y fue clave para ganar el apoyo de las bases progresistas de su partido.
Con las elecciones legislativas en la mira, la Casa Blanca quiere enfatizar que el avance es un éxito. El discurso del lunes es sólo el primero en una serie de eventos planeados para este mes, en los que participarán el presidente, el vicepresidente y otros funcionarios del gobierno.
“El mensaje es: cuando el presidente promete algo, lo cumple”, dijo el vocero de la Casa Blanca, Bill Burton, ante reporteros que viajaban con Obama a Georgia en el avión presidencial.
Pero las palabras de Obama llegan en un momento en el que hay preocupación por la inestabilidad de Irak.
Funcionarios estadounidenses han aumentado la presión sobre los líderes iraquíes para que logren superar un estancamiento político que ya lleva cinco meses y les ha impedido formar un nuevo gobierno, tras las elecciones de este año.
Como muestra de la fragilidad del país, ocho personas murieron el lunes al explotar dos bombas y desatarse un tiroteo.
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