Dalia Maxum Aldeco
Una de mis principales máximas es saberme poderosa. Comparto la creencia de G.D. Anderson acerca de que las mujeres ya somos fuertes y nuestro principal reto es cambiar la manera en que el mundo percibe esa fuerza. Más que un reto, en un tiempo tan cambiante y de tantos privilegios, es un compromiso. Creo que es aquí donde el trabajo del Congreso de Chingonas™ hace una contribución fundamental para las mujeres hispanohablantes en el estado de Washington. Su misión es brindar un espacio donde mujeres intercambien sus experiencias y celebren sus logros. Su visión es crear una comunidad solidaria de mujeres que reconocen su valor en el ámbito en el que se desenvuelven.
La inmigración entraña un fenómeno donde el poder interior está inextricablemente unido a la experiencia de morir y renacer en un mundo completamente nuevo. Muchas de las mujeres que se han mudado, se han tenido que reinventar en el ámbito profesional. Otras más, se mudan para seguir creciendo profesionalmente, pero tienen que renunciar a la convivencia regular con familiares y amigos. Fotografías que se van borrando con el agua salada del tiempo y la distancia. Otras más, se han mudado por circunstancias que han hecho que vayan acompañadas de su familia nuclear y hasta extendida. A pesar de eso, la pérdida se vive en el cambio social, en los colores y sabores del nuevo mundo. Atrás han quedado nuestras piedras preciosas, memorias entrañables con las que crecimos. Son estas las circunstancias en donde nuestro poder sale con fuerza. Con una fuerza muchas veces desconocida. Nuestras circunstancias de pérdida son una oportunidad para hacer brillar ese poder que siempre nos ha acompañado. A veces en silencio, agazapado como un gato en la pradera, listo para devorar a una presa llamada miedo.
El tema del congreso de chingonas este año es: ejerce tu poder. ¿Cómo saber dónde está escondido nuestro poder? ¿Cómo lo proyectamos y le sacamos brillo? Si ya lo tienes potencializado, ¿Cómo lo usamos para expandir su área de influencia? ¿Cómo apoyamos a otras mujeres a ejercer su poder? El congreso de este año está separado en tres grandes áreas:
a) reconocer nuestro poder tanto personal como social: nuestra chingonería y sus zonas de influencia,
b) identificar cuáles son las áreas de crecimiento para perder el miedo a salir de nuestra zona de confort
c) reconocer cuales son las creencias que pueden afectar nuestra relación con el poder.
Ejercer este músculo de nuestro espíritu es importante. Una manera de lograrlo es con base en las herramientas que podremos adquirir en este congreso. Vamos a retroalimentarnos con la energía de otras mujeres hasta lograr una sinergia compacta que proyecte a nuestra comunidad hacia otro nivel. El congreso de Chingonas™ nos invita a llenarnos de inspiración mientras aprendemos en un ambiente de unión y celebración. Invertir en nosotras es parte de esa responsabilidad. Porque la pregunta, como dice Ayn Rand, no es ¿quien va a dejarnos? sino ¿quien va a detenernos?… espero que la respuesta a esa pregunta no sea “nosotras mismas”, porque muchas veces para eso también usamos nuestro poder, para detener a esa fiera interior que nos quiere defender de los miedos y las voces que pululan a nuestro alrededor tratando de sabotear nuestros sueños. Sabemos que somos poderosas, pero a veces nos es suficiente, está en nosotras modelar ese poder para proyectarlo al mundo de la forma que nos haga sentir más plenas y satisfechas, ésa, esa y no otra cosa, es lo que llamamos: chingonería. Las esperamos.