Por ALICIA A. CALDWELL, Associated Press
WASHINGTON (AP) — Después de 13 años prófugo, de evadir por un pelo a los militares, a la policía y a sus rivales, Joaquín “El Chapo” Guzmán está de regreso tras las rejas en México. Y ahora comienza lo que probablemente sea un largo y complicado proceso jurídico para decidir cuál país lo enjuicia primero.
En México, es probable que Guzmán enfrente una gama de acusaciones relacionadas con condición de jefe del Cártel de Sinaloa, la organización de narcotráfico más poderosa del país, y su condición de participante clave en la violencia que ha reclamado miles de vidas desde 2006.
Pero jurados de instrucción en por lo menos siete tribunales federales de distrito de Estados Unidos, entre ellos Chicago, San Diego, Nueva York y Texas, ya han emitido encausamientos contra Guzmán por cargos que van desde el contrabando de cocaína hasta la participación en organizaciones criminales dedicadas al asesinato y otros delitos graves.
Funcionarios federales en Chicago estuvieron entre los primeros en decir que querían enjuiciar a Guzmán en su jurisdicción. El domingo, el fiscal federal adjunto Steven Tiscione en Brooklyn, Nueva York, se convirtió en el segundo.
En un correo electrónico enviado el domingo, Tiscione dijo: “Sí, solicitaremos su extradición”, y agregó que queda en manos de Washington tomar la decisión de si solicita la extradición y, en ese caso, donde lo juzgarían.
Un funcionario del Departamento de Justicia que habló a condición de no ser identificado porque es un tema de discusiones diplomáticas sensibles, dijo que la decisión sobre la extradición no se ha tomado. El funcionario dijo que esa decisión se tomará en consultas con México.
En México, Guzmán fue condenado por narcotráfico y asesinato en 1993, y cumplió menos de la mitad de su sentencia a 20 años cuando escapó en 2001. Es casi seguro que el gobierno México lo acuse de numerosos otros cargos, no sólo por la fuga sino por su papel en dirigir el imperio global en que se ha convertido el Cártel de Sinaloa.
Las exhortaciones para que lo deporten a Estados Unidos comenzaron a las pocas horas de conocerse su arresto el sábado en un edificio de apartamentos de Mazatlán, una ciudad balneario en la costa del Pacífico mexicano.
Jack Riley, jefe de la oficina de la DEA en Chicago, declaró el sábado al diario Chicago Sun-Times que cree que los fiscales federales de esa ciudad tienen el mejor caso contra Guzmán en Estados Unidos.
“Mis planes son que lo enjuiciemos aquí”, dijo Riley.
George Grayson, profesor de Administración Pública del College of William and Mary que estudia a los cárteles de México, dijo que la política interna de ese país probablemente juegue un papel significativo en cómo el gobierno decida el futuro jurídico de Guzmán.
“Será una decisión completamente política”, dijo Grayson. “Se tomará en cuenta cómo ayuda… en las elecciones legislativas del próximo año”.
El presidente mexicano Enrique Peña Nieto ha tomado un enfoque diferente a la lucha contra los poderosos cárteles de la droga que su predecesor, Felipe Calderón, quien alababa con frecuencia el combate de su gobierno a los grupos delictivos y envió miles de policías y soldados a varias zonas problemáticas en todo el país para enfrentarlos.
Pero Peña Nieto, que asumió el cargo a finales de 2012, no ha hablado mucho sobre el combate al narcotráfico y se ha concentrado en temas como la economía y la educación.
Guzmán fue arrestado por fuerzas mexicanas con la ayuda de la DEA, el Servicio Federal de Alguaciles de Estados Unidos y la Policía de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), y ya se considera uno de los grandes logros del joven gobierno de Peña Nieto. Y es posible que el presidente no desee dejar de lado esa victoria por el momento.
“Mi opinión personal es que (el gobierno mexicano) dirá que se lo quiere quedar sencillamente porque es la joya de la corona del gobierno de Peña Nieto en términos de sus esfuerzos contra el narcotráfico”, dijo Michael Vigil, ex agente de la DEA que ha trabajado en México y fue informado sobre el arresto de Guzmán.
Por su parte, Michael McCaul, presidente de la Comisión de Seguridad Interior de la Cámara de Representantes, dijo que sería inusual que un arrestado tan importante sea extraditado antes de enjuiciarlo en México, pero este caso es extraordinario y una excepción pudiera estar justificada.
“Creo que lo preocupa es que ya escapó de prisión una vez”, dijo el domingo el republicano por Texas en el programa noticioso “This Week” de la cadena ABC.
“Sé que en México hay un alto sentido del orgullo… pero dado el riesgo de que se fugue y la corrupción, todo se inclina hacia una extradición”, dijo McCaul. “Es una gran victoria tanto para México como para Estados Unidos en términos de nuestra cooperación, es una nueva era en nuestra cooperación. Pero yo diría que la extradición sería una continuación de esa cooperación”.
Cualquiera que sea la decisión, Vigil dijo que no se tomará rápidamente.
“Esto pasa por muchas revisiones y obviamente Guzmán tendrá los mejores abogados de México y tratará de impedirlo (la extradición)”, dijo Vigil. “No sucederá de la noche a la mañana”, acotó.