¿Dónde escondo mi dinero?

Sophia Vackimes Coordinadora de Servicios de Emergencia en Español, Ciudad de Renton

Muchas veces cuando pensamos en lo que tendríamos que hacer durante una emergencia nos imaginamos acciones heróicas donde como artistas de cine evitamos que quienes están a nuestro alrededor sufran dolor o pérdida de sus bienes. Las imágenes que nos vienen a la mente son cinematográficas: cruzamos un puente que se mece sobre un río cargado de agua, le aventamos un salvavidas a alguien que se ahoga, rescatamos a nuestra familia de bajo los escombros luego de un terremoto. En muchos casos o estamos recordando acciones pasadas o imitamos acciones de nuestro programa favorito de televisión calculando qué es lo que haríamos si estuviéramos en grandes aprietos. Las acciones que tomamos son grandiosas, y las resolvemos con valentía.

Lo cierto es que no está de más ponernos en esas situaciones y calcular como es que resolveríamos este u otro problema, contratiempo o desastre real. Es verdad que suceden emergencias y desastres inesperados pero parte del problema para solucionar los problemas que confrontamos es el no haber planeado algunos asuntos anteriormente. Todos hemos visto como muchísima gente pierde todo lo que tiene y no ponemos atención a prevenir las desgracias que podrían sucedernos a nosotros. Hay pequeñas precauciones o pasos que podemos tomar una a una para prevenir, por ejemplo, perder toda nuestra documentación o quedarnos sin dinero para casos de emergencia. Es por esto que los programas de prevención son importantes. Nos dan pauta para organizarnos y adelantarnos a asuntos que se podrían complicar muchísimo más si no los imaginamos con anterioridad. Si bien a veces estos mensajes parecen repetitivos, sería mejor repasar realmente si hemos hecho lo posible por resolver algunos asuntos con anticipación.

Estar listos para confrontar un desastre o una emergencia significa muchas cosas y tiene múltiples componentes. La preparación financiera y de documentación es sin duda uno de los componentes que muchos dejamos rezagados pero que se convierten en críticos cuando hay que resolver algo luego, digamos, de una inundación. También hay que considerar que luego de un evento inesperado nos toparemos con impedimentos que dependen en gran medida de la tecnología que tenemos alrededor. Hay algunos pasos que podemos tomar para que un evento devastador no nos agarre completamente desprevenidos quedándonos sin servicios o información. La tecnología sin duda es de gran ayuda día a día, sin embargo tenemos que considerar los puntos débiles que contiene para no quedarnos sin recursos si esta dejara de funcionar súbitamente.

El tener acceso a nuestra información financiera y personal es sumamente importante especialmente después de un desastre. Suponiendo, por ejemplo, que no hubiera electricidad en el área donde vivimos por varios días, ¿Tenemos algo de dinero contante y sonante a la mano para poder hacer algunas compras en el supermercado o para llenar de gasolina el coche en caso de una evacuación? Porque si no tenemos luz nosotros tampoco la habrá en la gasolinera y seguramente las máquinas ATM (cajeros automáticos) a las que les tenemos tanta confianza no funcionarán. Es claro que previniéndonos, teniendo algo de dinero en efectivo en casa, y un tanque lleno de gasolina, podría ser de gran importancia.

De la misma manera, es sumamente importante tener nuestros documentos en un lugar seguro y de preferencia escaneados. Escanear nuestros documentos, los de nuestros hijos y demás familiares cercanos no es tan complicado, solo lleva algún tiempo de organización, luego se guardan en un USB o memoria electrónica o también se colocan en la nube. Si no está bien informado sobre cómo funcionan estos aparatos, lo más sencillo es preguntarle a alguien que tenga acceso a computadoras (un familiar que está en la preparatoria, un bibliotecario, un patrón o amigo). A mí me ha funcionado que he guardado imágenes de mi pasaporte en la nube, y si lo he olvidado o perdido durante un viaje, he podido acceder a él y proporcionarle información pertinente a la autoridad correspondiente sobre su pérdida. Sólo hay que recordar las grandes inundaciones de Houston o Puerto Rico y pensar cuánto documento se perdió durante esos eventos. Uno puede guardar recibos de renta, de propiedad, el registro del automóvil, pasaportes y visas, certificados de la escuela, actas de nacimiento, etc., etc. Y no sufrir las consecuencias de no tener nada de información luego de un desastre. Otro consejo importante.