WASHINGTON (AP) — Respondiendo a una orden del presidente Barack Obama de reforzar la vigilancia de la frontera, el Pentágono y el Departamento de Seguridad Interna elaboraron un plan de 225 millones de dólares para desplegar temporalmente 1.500 efectivos de la Guardia Nacional, en apoyo de la Patrulla de Fronteras.

Pero las dos dependencias del gobierno no se ponen de acuerdo sobre varios aspectos, en particular sobre quién financiará la movilización, según altos funcionarios del gobierno que pidieron no ser identificados porque estaban tocando cuestiones internas.

Las discrepancias persisten incluso después de que Obama renovó el lunes su compromiso ante las autoridades mexicanas de reforzar la vigilancia de la frontera para ayudar a México en su lucha contra el narcotráfico. Feroces combates entre las fuerzas de seguridad mexicanas y los carteles de la droga han dejado unos 11.000 muertos y alimentado temores de que la violencia llegue a Estados Unidos.

“Estados Unidos”, expresó Obama en una conferencia de prensa el lunes en México, “cumplirá con sus responsabilidades continuando sus esfuerzos por reducir la demanda y reforzando la seguridad de la frontera que compartimos, no solo para proteger a los estadounidenses, sino para contener el flujo ilegal de armas y efectivo hacia el sur, que contribuye a fomentar esta violencia extraordinaria”.

Las autoridades de los estados fronterizos se están poniendo nerviosas.

El gobernador de Texas Rick Perry no ha recibido respuesta a su pedido de 1.000 efectivos adicionales, según su portavoz Katherine Cesinger.

“Por mucho tiempo la frontera no ha tenido los recursos adecuados para garantizar su seguridad”, afirmó Cesinger. “Es una responsabilidad del gobierno nacional, pero es un problema de Texas”.

Las primeras versiones del proyecto del Pentágono indicaban que la Secretaría de Defensa esperaba recuperar el dinero invertido en el programa, que durará un año, durante el cual la Patrulla de Fronteras incorporará más efectivos.

El Departamento de Seguridad Interior, que espera recibir un presupuesto de unos 44.000 millones de dólares para el 2010, comparado con los 636.000 millones del Pentágono, se muestra renuente a absorber los costos del plan para la frontera.

A los militares tampoco les tienta mucho la idea de tener efectivos uniformados en los cruces fronterizos.