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Los enormes aumentos en las deportaciones de personas tras violar leyes de tránsito o de inmigración ayudaron al gobierno a establecer un récord en la cifra de inmigrantes con antecedentes penales obligados a salir del país, según estadísticas oficiales.
Estados Unidos deportó a casi 393.000 personas en el año fiscal que terminó el 30 de septiembre, la mitad de ellas consideradas delincuentes.
De esa cifra, 27.635 fueron detenidas por conducir ebrias, más del doble que las 10.851 deportadas tras arrestos similares en 2008, el anterior año completo del gobierno de George W. Bush, indican estadísticas del Departamento de Inmigración y Aduanas entregadas a The Associated Press.
Un total de 13.028 personas adicionales fueron deportadas el año pasado tras su arresto por infracciones menores a las leyes de tránsito, casi tres veces más que las 4.527 de dos años antes, según la información.
El incremento agudo en el número de deportados por infracciones de tránsito y el aumento de 78% en los deportados por infracciones relacionadas con la inmigración renovaron el escepticismo en torno a la afirmación del gobierno de que se enfoca en los delincuentes más peligrosos.
El presidente Barack Obama afirma con regularidad que su gobierno aplica las leyes de inmigración de una manera más prudente que el de su predecesor porque se enfoca en arrestar a “los peores entre los peores”.
Durante su campaña presidencial de 2008, Obama se comprometió a centrar sus acciones sobre inmigración en los delincuentes peligrosos.
En la fecha más reciente, el 10 de mayo, en un discurso en El Paso, Texas, Obama dijo que su gobierno se centra en los transgresores violentos y no en las familias ni “en las personas que se esfuerzan por reunir un ingreso”.
La mayoría de los inmigrantes deportados el año pasado habían cometido algún delito relacionado a las drogas. Estos sumaron 45.003, en comparación con los 36.053 de 2008.
Los delitos relacionados a las drogas, que incluyen elaboración, distribución, posesión o venta de narcóticos, se habían mantenido durante años como la principal transgresión de los inmigrantes. Conducir en ebriedad fue el año pasado el tercer delito más numeroso.
Un indocumentado de Bolivia, Carlos Montaño, aguarda juicio en Virginia acusado de homicidio imprudencial debido a que mientras conducía ebrio causó un incidente en el que pereció la monja benedictina Denise Moisier y dos más resultaron heridas.
Este caso atizó el debate nacional en torno a las deportaciones de personas implicadas en delitos.