En vista del debate nacional relacionado con las políticas de inmigración, se me solicitó presentar la posición del Departamento de Policía de Burien con respecto a la cooperación con los Oficiales de Deportación de la Oficina de Inmigración y Aduanas, también conocida como ICE. La respuesta sencilla es que el Departamento de Policía de Burien no coopera con las actividades de cumplimiento de la ICE para facilitar las labores de control de inmigración, incluida la transmisión de información o detención de los miembros de nuestra comunidad. Estamos legalmente obligados por nuestras políticas y directrices escritas, así como por el Código del Condado de Burien y King.(Manual de Órdenes Generales 5.05.010, Código Municipal de Burien 2.26.020, Código del Condado de King 2.15.020)
La respuesta más compleja es la razón por la cual el Departamento de Policía de Burien está comprometido con las siguientes políticas y leyes, a pesar de la controversia en torno a las políticas de inmigración a nivel nacional. Los principios de Sir Robert Peel tienen casi 200 años de antigüedad y aún representan un plan de acción para mantener el orden de manera eficaz en nuestras comunidades. Él identificó que la misión básica de la policía es prevenir el crimen y los disturbios, y que la capacidad de llevar a cabo estas responsabilidades depende de la aprobación de las acciones policíacas por parte de la comunidad. A continuación, propuso que la relación con la comunidad debe ser: “la policía es el público y el público es la policía”. Durante los últimos 30 años, las investigaciones académicas han confirmado reiteradas veces que la eficacia de la policía para abordar la conducta criminal requiere tanto la confianza en la policía como la creencia en la legitimidad de sus acciones.
En pocas palabras, el miedo y la confianza no pueden coexistir. Cualquier miembro de nuestra comunidad, independientemente de su estado migratorio, debe ser capaz de llamar a la policía cuando necesite ayuda y poder apoyar nuestra investigación cuando presencian un crimen. Una víctima de violencia doméstica no debería tener que decidir si quiere sufrir en silencio o ser deportada, cuando pida ayuda. El testigo de un crimen no debería tener que escoger entre su propia libertad o ayudar al sistema para que el sospechoso se haga responsable. El sospechoso de un crimen no debería poder esconderse de la justicia tras amenazas de deportación.
Como su Jefe de Policía, instruyo a mis oficiales para servir a nuestra comunidad de una manera que construya confianza. Tanto nuestras políticas como nuestras prácticas apoyan este ideal.