Controversia por rescate de niños en Haití

Por MICHELLE FAUL y FRANK BAJAK

Associated Press

PUERTO PRINCIPE (AP) — El primer ministro haitiano Max Bellerive dijo el lunes que para él está claro que los 10 bautistas estadounidenses que intentaron sacar a 33 niños de Haití sin permiso “sabían que lo que hacían estaba mal”.

Pero Bellerive también dijo a The Associated Press que su país contempla la posibilidad de que los estadounidenses sean enjuiciados en Estados Unidos porque el sistema jurídico de Haití no ha podido funcionar tras el terremoto del 12 de enero.

La supuesta “misión de rescate” de los bautistas se ha convertido en una distracción para un gobierno sobrepasado por la magnitud del desastre, el cual intenta dar apoyo básico a millones de supervivientes.

Pero el primer ministro dijo que algún sistema legal necesita determinar si los estadounidenses actuaban de buena fe, como afirman, o si son traficantes de menores en un país que lucha contra la explotación de niños.

“Ahora está claro que trataban de cruzar la frontera sin papeles. También está claro que los padres de algunos de los niños están vivos”, dijo a la AP. “Y ahora está claro que sabían que lo que hacían estaba mal”.

Si actuaban de buena fe “quizá las cortes tratarán de tener un poco más de consideración con ellos”, agregó.

Desde que fueron arrestados el viernes cerca de la frontera, los miembros de la iglesia —la mayoría de ellos provenientes del estado de Idaho— han permanecido detenidos en dos pequeños cuartos de concreto en las oficinas centrales de la policía judicial, donde los ministros tienen sus oficinas improvisadas y dan conferencias de prensa sobre la situación del desastre. Hasta ahora no se les han interpuesto cargos.

Uno de sus abogados dijo que habían recibido un mal trato: “No hay aire acondicionado, no hay electricidad. Es muy perturbador”, dijo Jorge Puello a la AP en una entrevista telefónica desde República Dominicana, donde los bautistas esperaban alojar a los niños en un hotel de playa rentado.

Los investigadores han tratado de determinar cómo fue que los estadounidenses lograron reunir a los niños y si algunos de los traficantes de personas que acosan al país estaban involucrados en el incidente.

Su vocera Laura Silsby, que también está detenida, reconoció que no tenían los documentos necesarios, pero dijo a la AP que el grupo sólo trataba de “hacer lo correcto” en medio del caos.

Los 33 niños —de dos meses a 12 años de edad y con sus nombres escritos sobre cinta adhesiva en sus camisetas— se encuentran albergados en una casa hogar temporal, donde algunos de ellos dijeron a trabajadores humanitarios que sus padres están vivos. Lassegue indicó que el Ministerio de Asuntos Sociales intenta encontrarlos.

El terremoto ha hecho que los padres haitianos duden menos a la hora de permitir que sus hijos se vayan con extranjeros para tener mejores posibilidades de vida.

De 20 padres haitianos entrevistados en un campamento de supervivientes del sismo el domingo sólo una mujer dijo que no entregaría a sus hijos para darles una vida mejor.

“Mis padres murieron en el terremoto, mi esposo se fue. Entregar a uno de mis hijos por lo menos les daría una oportunidad”, dijo Saintanne Petit-Frere, de 40 años, madre de seis. “Mi único temor es que me vayan a olvidar, pero eso no cambiaría mi decisión”.

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