Por Laura Posada
“Laura, de verdad quiero hacer ejercicio, pero simplemente no me animo a comenzar”. Si supieran cuántas veces leo esto en mis redes sociales y realmente las entiendo. Es difícil formar el hábito. Puede pasar que un día te despiertas muy animada, te pones tus zapatos deportivos y haces una rutina; para levantarte demasiado adolorida al día siguiente buscando una excusa para no continuar. Eso pasa todo el tiempo.
De hecho, en América Latina, el porcentaje de personas “inactivas”, es decir, que hacen menos de 150 minutos de actividad física moderada o de 75 minutos de actividad intensa a la semana, alcanza el 47% en Brasil, el 46% en Costa Rica y el 44% en Colombia, según una encuesta mundial de la OMS publicada en 2018. ¡Casi la mitad de la población de estos países es sedentaria! Podemos suponer razonablemente que no es distinto en otros países latinoamericanos. No seas parte de esta estadística.
Veamos entonces qué podemos hacer para crear una voluntad de acero para hacer ejercicio.
Comienza con un ejercicio fácil y que te guste: como dije anteriormente, si comienzas con algo que está muy por encima de tu capacidad, lo único que lograrás son músculos demasiado adoloridos, frustración y aparecerán las excusas para desistir. Hay ejercicios que nos gustan más que otros, comienza con uno con el que puedas recuperar tu autoestima y ánimo.
Aumenta gradualmente: para que el ejercicio sea efectivo, tenemos que retarnos a nosotros mismos, pero gradualmente. Ve incrementando tus entrenamientos dos-tres minutos por semana, o las pesas un kilo por mes, en la medida en que vayas aumentando tu fuerza y capacidad pulmonar y muscular.
Hazlo desde tu casa con un programa digital: lo mejor es reducir la cantidad de pasos y distancia que te separan del ejercicio. Es decir, que si puedes hacerlo en la sala de tu casa, ya eliminaste las excusas de “hay demasiado tráfico”, “está lloviendo”, “me da pereza salir”, etc., además de que te ahorras el pago mensual del gimnasio, la ropa de fitness, el bolso, etc.
Busca un compañero de ejercicio: he descubierto que esta es una de las mejores formas de comenzar y, sobre todo, de mantenerse encarrilado. Al tener un compañero de ejercicio que te acompaña y te anima, creas un compromiso no solo contigo misma sino con esa persona. ¡El ejercicio se vuelve una actividad social y divertida, y ansiarás que llegue la hora de hacerlo! Programen juntos los horarios y establece un recordatorio en tu celular.
Entonces, la próxima vez que pienses que no puedes hacer ejercicio, quiero que vuelvas a leer este artículo y te animes a ponerte los zapatos deportivos. En mis redes sociales (@lauraposadalifecoach) y sitio web (www.lauraposada.com) encontrarás rutinas para todos los niveles, de principiante a avanzado.