Por Julie Muhlstein
Desde el año pasado, Barbara Diaz ha tenido tres cirugías cerebrales. Su hijo de 8 años le dijo lo que él más quería para la Navidad. El muchacho pidió que sólo quería que ella esté sana, dijo Diaz. Pero gracias a Christmas House, él y sus hermanas más jóvenes encontrarán juguetes y otros regalos bajo su árbol.
“Este año es realmente especial,” dijo Diaz, de 25, “Ellos realmente están emocionados sólo por tener un Árbol de Navidad.”
Christmas House, una empresa sin fines de lucro de puro voluntario, proporciona regalos para niños del Condado de Snohomish a familias de bajos ingreso que califican. Cada diciembre, el grupo establece la tienda en Everett Boys & Girls Club . Los padres tienen la oportunidad de hacer “compras”, pero los regalos son completamente gratuitos a las familias.
Díaz estaba cerca de las lágrimas el viernes cuando el voluntario de Christmas House, Claire Horton, le ayudó a elegir regalos para su hijo y dos hijas, de 6 y 4. Cuando Díaz casi había terminado, otro voluntario le trajo una bicicleta con un casco — una gran sorpresa.
Los días “de hacer compras” de la organización este año terminaron el sábado, y más de 7,500 niños ahora tienen regalos para abrir esta temporada. “Servimos cerca de 7,600 niños este año,” dijo Gregg Milne, el presidente de la junta directiva de Christmas House. Esto es aproximadamente 300 niños menos que el número que recibió regalos en el 2016, dijo Milne. “Hubo un leve descenso en la necesidad,” dijo él.
Hace un año, cuando Díaz se enfrentó con una condición llamada malformación de Chiari, su marido Carlos estaba en México. Con algunas cuestiones de inmigración resueltas, él puede estar aquí con su familia esta Navidad. “El año pasado fue realmente difícil,” dijo Díaz, quien expresó gratitud por “esta clases de organizaciones”.
Christmas House consigue y almacena regalos, colecta dinero y organiza a voluntarios todo el año. Docenas de compañías y grupos caritativos donan miles de dólares, junto con juguetes de todas las clases, ropa y artículos hechos en casa, y los almacena. Durannte el evento, cada padre es acompañado por un voluntario. Esta es una experiencia muy significativa para los voluntarios. “Estoy segura que cada uno aquí tiene una historia. Algunos la comparten otros no,” dijo Tasha Townsend, secretaria de la junta directiva de Christmas House.
Como algunos de los padres que recibieron regalos, ella también se limpiaba las lágrimas.