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Una sequía, su acelerado crecimiento y la dependencia casi total de petróleo y gas natural importados hacen que resulte imperioso para Chile encontrar nuevas fuentes energéticas y tienen al gobierno chileno hablando de la posibilidad de instalar reactores nucleares en momentos en que en todo el mundo se revalúa ese recurso ante los problemas surgidos en Japón luego de un terremoto.
Si bien no hay planes concretos por ahora, abundan las alusiones a la instalación de plantas nucleares y el propio presidente Sebastián Piñera defendió esa opción tras el terremoto de Japón, que causó explosiones e incendios en dos plantas nucleares. Las consecuencias de esos percances todavía no están claras, pero la posibilidad de que se produzcan fugas radiactivas tienen al mundo en vilo.
“Chile no puede renunciar a priori a ninguna alternativa en generación de energías”, dijo el mandatario después del terremoto, a pesar de que Chile también es un país sísmico. “La tecnología permite que la energía nuclear, sobre todo las tecnologías nuevas que se llaman smart, sean tecnologías absolutamente a prueba de terremotos en materia de seguridad. Y por tanto estamos estudiando esa opción”.
El tema ya había cobrado actualidad antes del terremoto, ante la visita de la semana que viene del presidente estadounidense Barack Obama, quien promueve energías “limpias” y firmará con Piñera un acuerdo de cooperación en materia nuclear. Un acuerdo similar suscribió recientemente el ministro de Energía, Laurence Golborne, en Francia.
Los convenios fijan las pautas para la formación de técnicos chilenos, según ha trascendido, y alimentan la impresión de que se considera seriamente instalar plantas nucleares para la generación de energía.
Golborne precisa que esa decisión, en todo caso, “está bastante lejos”, pero insistió en que la opción nuclear “es una posibilidad que no podemos dejar de estudiar”.
Los ambientalistas han reaccionado preocupados. “Es una tecnología muy riesgosa” en un país sísmico como Chile, afirmó el ecologista Mariano Rendón.
Por su parte Sara Larraín, directora de la organización ambientalista Chile Sustentable, sostiene que el interés estadounidense es una distracción y esconde el propósito de millonarios negocios de empresas estadounidenses.
“La opción nuclear no es mejor que el gas natural. Las plantas de nueva generación (nucleares) podrían tener dentro de su ciclo de vida una emisión equivalente a una de gas natural”, refuta Larraín.
Los ambientalistas señalan que el país carece de una política sólida de fomento de las energías sustentables y que la solución de las demandas de mayor energía debe incluir también una mayor eficiencia energética.
Chile es un país que cuenta con grandes extensiones desérticas de mucho sol, una larga costa de vientos fuertes, y siendo un país volcánico, muchos lugares con sitios geotérmicos también.
El desarrollo de las energías renovables es escaso, a pesar de que una ley del 2005 estableció una meta progresiva del 10% de esas energías en la matriz energética con energías provenientes de esas fuentes.