Por Álvaro Guillén
El censo 2020 se acerca mientras un segmento de la población inmigrante hispana se plantea:
¿Participo o no participo?
Durante más de una reunión comunitaria en las que he participado recientemente y en conversaciones con miembros de la comunidad, he tenido la oportunidad de escuchar de primera mano varios motivos de sus dudas sobre la participación en el censo 2020.
En general, veo que la comunidad tiene bien entendida la importancia y beneficios de un conteo total. También he notado que son conscientes de las consecuencias negativas para las familias y sus comunidades que la falta de participación generaría.
Expresadas en diferentes formas su mayor inquietud es el temor de que el gobierno comparta su información con las agencias del gobierno y en particular con ICE.
La Constitución de los Estados Unidos manda que cada década debe efectuarse un conteo total de la población del país. El organismo Federal responsable de llevar a cabo el censo es el Departamento de Comercio a través de la Oficina del Censo de los Estados Unidos.
Un funcionario de esa oficina nos visitó hace pocos días y compartió con nosotros documentos oficiales donde encontramos respuestas al temor antes mencionado.
Confidencialidad
La información recolectada por la Oficina del Censo de los Estados Unidos está protegida por la ley a través del Título 13 del Código de los Estados Unidos y las penalidades para aquellos que las violen son sumamente severas.
Entre las protecciones encontramos que la información privada nunca se publica y que es ilegal divulgar o publicar cualquier información privada que identifique a una persona o empresa, nombres, direcciones (incluidas las coordenadas GPS), números de seguro social y números de teléfono.
Las respuetas del censo solo pueden ser usadas con fines estadísticos y los empleados del US Census Bureau están bajo juramento de por vida de proteger la confidencialidad de la información. Es más, quien viole el juramento puede ir a una prisión federal cinco años y recibir una multa de hasta $250,000, o ambas!
Entre las protecciones destaca lo siguiente:
“La información personal no puede ser utilizada contra los encuestados por ninguna agencia gubernamental o corte”
Por ley, sus respuestas no pueden ser usadas en contra suya por ninguna agencia del gobierno o corte en ninguna forma.
Ni ICE, ni el FBI, ni la CIA, ni siquiera el Departamento de Seguridad Nacional, pueden usar la información del censo como evidencia en su contra. Ninguna ley ni corte pueden apercibir u ordenar que se compartan sus respuestas del censo con agencias del gobierno.
De hecho, en el 2010 el Departamento de Justicia de los Estados Unidos dictaminó en una ocasión que ni siquiera el Patriot Act– establecido a consecuencia del ataque del 11 de septiembre- podía anular la ley que proteje la confidencialidad de las respuestas del censo.
Es más, en 1982 La Corte Suprema de los Estados Unidos confirmó que inclusive las direcciones son confidenciales y que no pueden ser divulgadas a través de descubrimiento legal o a través del Acta de Libertad de Información (FOIA por sus siglas en inglés).
Importancia del censo para nuestras comunidades
Sus respuestas al censo se utilizan para tomar decisiones que afectan a las comunidad en todo el país y en nuestro estado como la redistribución de distritos electorales, leyes de derechos civiles, educación y financiamiento de infraestructura, entre otros.
Después del censo del 2010 nuestro estado recibió cerca de 14 billones en fondos federales en base al número de personas contadas y equivalente a aproximadamente $2,000 por persona. Estos fondos son destinados a programas importantísimos que afectan en nuestra vida diaria como por ejemplo programas de centros de salud, desayunos escolares, becas especiales de educación, asistencia para familias de bajos ingresos, construcción de carreteras, Medicaid y el excelente programa de educación temprana Head Start por citar solo algunos.
Han habido casos en California, Nevada y Arizona donde un conteo inexacto de niños dejó a muchos niños sin poder acceder al programa Head Start. Imagínese usted el impacto en sus familia si el mismo programa en nuestro estado y otros programas de ayuda fueran afectados por la falta de participación en el censo 2020.
La Oficina del Censo de Los Estados Unidos nos recuerda que responder al censo es mandatorio, es un deber cívico, es participar en la democracia y una foma de decir “YO CUENTO”.
Asegurémonos de ser contados y ser incuídos en las estadísticas como uno de los casi 60 millones de latinos en los Estados Unidos y para que los fondos federales sean suficientes para poder continuar y expandir los programas que sirven para el desarrollo y bienestar de nuestra comunidad y obtener una justa representación en el congreso de la nación.