Jorge Rivera
La Raza del Noroeste
Esta semana se anunció que el gobierno canadiense impondrá de manera inmediata la Visa de ingreso como requisito para que mexicanos lleguen a ese país, como se reporta en la página 8. Es una medida inesperada de este gobierno, que siempre se ha caracterizado por tener las puertas abiertas a comunidades inmigrantes en general, y a grupos de refugiados, en particular. Canadá cuenta con un territorio enorme, y en gran parte inhóspito, difícil de habitar; por esta razón, frente a la necesidad de crecimiento económico, el país del norte ha sido mucho más abierto a la inmigración, que los Estados Unidos. Pero esta decisión, si bien intempestiva, no es sorprendente; los números crecientes de aplicaciones para refugio, según dice el gobierno de ese país, estaban excediendo la capacidad del gobierno de atender solicitudes y prestar servicios a refugiados. El problema afecta a mexicanos que no necesariamente quieren migrar a ese país, y siendo el noroeste donde vivimos, cercano a la frontera, creará inconvenientes para quienes quieran visitar, o tengan alguna actividad en las zonas canadienses cercanas. Se entiende, sin embargo, porque es otro síntoma de las políticas de inmigración a medias, que elaboran los países con mayor desarrollo económico. Por una parte quieren invitar al inmigrante porque necesitan de su trabajo, y sólo cuando lo necesitan. Por otra, no pueden crear mecanismos eficaces y legales, de balancear la oferta de trabajo con las solicitudes de inmigración, de trabajadores buscando mejor calidad de vida. Es un capítulo más de un tema históricamente mal manejado, en el que desafortunadamente, nosotros somos protogonistas, y afectados.