Por E. EDUARDO CASTILLO
MEXICO (AP) —
Torre fue asesinado junto con cuatro personas cerca de Ciudad Victoria, capital del estado norteño de Tamaulipas, ubicada a más de 700 kilómetros al noreste de la ciudad de México.
Se trata del primer crimen contra un candidato a un gobierno estatal en la historia reciente, y para el gobierno representa una prueba a las instituciones del país debido a que conlleva un intento de afectar la democracia en México.
El presidente Felipe Calderón acusó a la delincuencia organizada de buscar interferir en los procesos electorales y la culpó del asesinato del favorito para ganar los comicios del domingo en Tamaulipas.
“Hoy hemos comprobado que el crimen organizado es una amenaza permanente y que debemos de cerrar filas para enfrentarlo y evitar que se repitan acciones como el cobarde asesinato que este día ha conmovido al país”, dijo Calderón.
“No podemos ni debemos permitir que el crimen pretenda imponer su voluntad y sus reglas perversas, como ahora pretende intervenir en las decisiones de los ciudadanos y en los procesos electorales”, añadió.
Torre aparecía era candidato de una coalición encabezada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y apoyada por los minoritarios partidos Verde Ecologista y Nueva Alianza.
En una reunión el lunes por la tarde, el presidente del consejo del Instituto Estatal Electoral de Tamaulipas, Jorge Luis Navarro, anunció que el proceso electoral seguirá en el estado.
El funcionario afirmó que “la democracia en Tamaulipas es un valor ciudadano que debemos proteger, y en nuestras manos se encuentra la responsabilidad de tutelar el derecho al sufragio que tiene el pueblo”.
Los altos directivos del PRI se encontraban reunidos determinando quién sustituiría a Torre.
“La lectura es que esto busca afectar a la democracia en México, pero no la va a afectar”, dijo Rafael Fernández de Castro, asesor de Calderón en asuntos internacionales, a un grupo de corresponsales extranjeros.
El PRI condenó el asesinato de su candidato y exigió a las autoridades “una rápida investigación”, mientras el oficialista Partido Acción Nacional (PAN) y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática anunciaron la suspensión de las campañas de sus candidatos en Tamaulipas, que debían concluir el miércoles.
“Este lamentable suceso ocurre a seis días de las elecciones, e inevitablemente contribuirá a enturbiar este proceso que vemos como la vía adecuada para alcanzar la plenitud democrática, en contra de quienes han preferido la violencia”, señaló la líder nacional del PRI, Beatriz Paredes.
Paredes llamó a los miembros de su partido a no dejarse atemorizar por el crimen y a salir a votar como una manera de repudiar la violencia.
El domingo habrá elecciones en 14 de los 31 estados del país para renovar los congresos locales, y en 12 de ellos también se elegirá a gobernadores, incluido Tamaulipas.
El asesor internacional de Calderón dijo que el gobierno analiza las medidas concretas para garantizar que los comicios del domingo se realicen en calma.
El gobernador del estado, Eugenio Hernández, dijo en Radio Fórmula que Torre se dirigía al aeropuerto de Ciudad Victoria para acudir a la localidad fronteriza de Matamoros a un cierre de campaña de candidatos del PRI a alcaldes.
Refirió que además de los fallecidos, resultaron heridas cuatro personas, incluidos el secretario particular, el cuñado y dos de los escoltas del candidato.
“No había indicios de amenazas”, dijo Hernández posteriormente en Milenio Televisión, y recordó que todavía el domingo se reunió con Torre para ver el partido de fútbol entre las selecciones de México y Argentina en el Mundial de Sudáfrica.
El PRI identificó a tres de los otros fallecidos como el diputado local Enrique Blackmore Smer y los activistas Alejandro Martínez y Rubén López.
“Hoy el crimen organizado representa la mayor amenaza para la seguridad, la libertad y tranquilidad de los mexicanos”, dijo Calderón.
Tamaulipas, fronterizo con Estados Unidos, es uno de los estados más afectados por la violencia del narcotráfico, que en todo el país se ha cobrado más de 22.700 víctimas desde que Calderón lanzó una ofensiva contra el crimen organizado en diciembre del 2006.
Las autoridades han atribuido la creciente violencia en Tamaulipas a una disputa entre el Cartel del Golfo y sus antiguos aliados de Los Zetas.
Fernández dijo que al gobierno le preocupan los posibles efectos del crimen organizado en áreas como la inversión extranjera directa, aunque hasta el momento aún se tienen indicadores positivos.
Señaló, sin embargo, que “el crimen organizado se está convirtiendo en un obstáculo para muchos avances en este país”.
Añadió la importancia de la cooperación internacional para enfrentar a la delincuencia organizada, y en particular consideró que es necesario que el apoyo de Estados Unidos a través de la llamada Iniciativa Mérida se traduzca en acciones concretas.