Por SALLY HO,
Associated Press
KIRKLAND, Washington. (AP) — Bill y Melinda Gates, los filántropos más importantes del mundo, están redirigiendo su labor en Estados Unidos para combatir lo que consideran sus resultados poco satisfactorios en las escuelas, la creciente desigualdad en el país y un presidente con el que están más en desacuerdo que con cualquier de sus predecesores.
En una entrevista con The Associated Press, la pareja dijo que les preocupa la visión del mundo de “Estados Unidos primero” que defiende Donald Trump. Se sabe que tienen diferencias con el presidente y con el Partido Republicano al que pertenece en cuestiones como la ayuda al exterior, los impuestos y las protecciones para jóvenes inmigrantes sin permiso de residencia. Los Gates dijeron estar investigando los factores de la pobreza en Estados Unidos con las que no habían trabajado a nivel nacional, como el desempleo, la raza, la vivienda, la salud mental, el encarcelamiento y el abuso de sustancias. “En Estados Unidos no estamos viendo la movilidad para salir de la pobreza que existía antes”, señaló Melinda Gates. La Fundación Bill y Melinda Gates estudia estos temas y aún no tiene planes de iniciativas concretas, aunque ha hecho trabajos relacionados en su estado natal, Washington, a una escala mucho menor. La institución financió el año pasado una beca para el Centro de Presupuesto y Prioridades Políticas para buscar medidas estatales y federales que puedan reducir la pobreza. Ha pasado una década desde que el cofundador de Microsoft, que llegó a ser el hombre más rico del mundo, hizo la transición de gigante de la tecnología a filántropo. Dijo haber tenido dos reuniones con Trump, en las que hablaron de innovación en la educación, energía y salud, incluidas las vacunas, con las que Trump ha sido escéptico. “En las dos ocasiones pude hablar sobre el milagro de las vacunas y en qué sentido son algo bueno”, señaló Bill Gates. Melinda Gates, que dejó su empleo en Microsoft para criar a los tres hijos de la pareja antes de centrarse a tiempo completo en la fundación, ha asumido un papel público más destacado en los últimos meses. Criticó el comportamiento de Trump, afirmando que el presidente tiene una responsabilidad de ser un buen modelo de conducta cuando habla y tuitea, y que sus ataques verbales no tienen lugar en el discurso público. “Solo hay que ir a Twitter para ver los comentarios desdeñosos que hace una y otra y otra vez sobre las mujeres y las minorías”, dijo Melinda Gates. “Simplemente no creo en eso. No es el mundo que yo veo”. La estrategia de su fundación ha cambiado todo el mundo de la filantropía. Se les ha criticado por dar instrucciones sobre cómo debe gastase el dinero y después esperar pruebas tangibles de que su inversión funciona. En torno al 75% de los recursos de la organización se dedican a salud y desarrollo global. Bill Gates señaló que estaba especialmente orgulloso de sus esfuerzos por erradicar la polio y reducir la mortalidad infantil. Sin embargo, admitió que no ha tenido tanto nivel de éxito en Estados Unidos con su estrategia de buscar la igualdad a través de reformas educativas. Las iniciativas educativas en Estados Unidos están en un distante segundo puesto en las prioridades en financiación del grupo, pero los 450 millones de dólares que dedica al año convierten a la Fundación en la principal financiadora de reformas escolares en el país. Han sido grandes defensores de las escuelas concertadas y defendido la creación de sistemas de evaluación de los maestros, así como un modelo de escuelas más pequeñas. Estas reformas no cambiaron de forma drástica los resultados escolares, pero hicieron a los Gates muy impopulares en algunas comunidades.Christopher Lubienski, experto en política educativa que estudia la filantropía, elogió la sinceridad de la pareja pero señaló que la estrategia general de su fundación implica que seguirá influyendo de forma sistemática en reformas educativas. Lubienski, que dijo no haber solicitado ni recibido dinero de los Gates, también señaló que al centrarse en la pobreza, los Gates abordan el problema del que nadie habla cuando se trata de éxito escolar. “Se trata de un problema mucho mayor, más caro de combatir y con más complicaciones políticas que simplemente cambiar la estructura de las escuelas”, dijo Lubienski. La pareja dijo que tomará un rumbo menos prescriptivo en este campo financiando sus iniciativas a través de una red regional de escuelas, que dependerá más de educadores a nivel local. También pretenden respaldar el desarrollo de un nuevo currículo y escuelas concertadas para alumnos con necesidades especiales.