MEXICO (AP)
El presunto líder de una brutal pandilla de pistoleros en Ciudad Juárez que reconoció haber ordenado 1.500 asesinatos ha sido capturado, informó el domingo el director de la división antidrogas de la policía federal.
José Antonio Acosta Hernández también es sospechoso del asesinato de una empleada del consulado de Estados Unidos cerca de un cruce fronterizo en esa ciudad, una de las más peligrosas del mundo, dijo Ramón Pequeño.
Las autoridades mexicanas han identificado a Acosta como el líder de La Línea, una pandilla de asesinos a sueldo y policías corruptos que actúan como matones del cártel de Juárez.
El presidente Felipe Calderón dijo en su cuenta Twitter que fue el “máximo golpe” en la operación en Ciudad Juárez, la cual comenzó en abril del 2010 cuando unos 5.000 policías federales fueron desplegados allí para combatir la violencia de la droga.
Acosta, de 33 años, fue capturado el viernes en la urbe del estado de Chihuahua junto a uno de sus guardaespaldas, dijo Pequeño, quien no dio detalles sobre cómo se efectuó.
El arresto no fue confirmado hasta el domingo, apenas antes de que las autoridades presentaran a Acosta en una conferencia de prensa en la Ciudad de México.
Con una camisa de mangas largas, Acosta entró cojeando, escoltado por dos policías federales enmascarados, y se paró ante las cámaras por unos pocos minutos.
Pequeño dijo que Acosta, apodado “El Diego”, le dijo a la policía federal que él ordenó 1.500 asesinatos. Los investigadores piensan que orquestó un ataque el año pasado que causó la muerte de una empleada consular de Estados Unidos, su esposo y el marido de otra trabajadora consular en Ciudad Juárez, agregó.
Las autoridades estadounidenses quieren enjuiciarle por ese caso. Una acusación formal presentada en Texas dice que Acosta y otros nueve conspiraron para matar a los tres.
Pequeño dijo que espera que Estados Unidos presente una solicitud de extradición.
La historia de Acosta en cierta forma explica la naturaleza de la violencia de la droga en Ciudad Juárez, considerada una de las ciudades más peligrosas del mundo, dijo Tony Payán, de la Universidad de Texas-El Paso, un experto en la guerra de las drogas en Juárez. La ciudad registró 3.097 homicidios en el 2010 y lleva más de 1.300 este año.
Acosta admitió que ordenó crímenes notorios como la detonación de un coche bomba en julio del 2010 y una masacre en la que murieron 15 personas —en su mayoría adolescentes— en una fiesta de cumpleaños, ambos en Juárez, señaló Pequeño.
Como ex policía estatal, Acosta construyó su propio imperio criminal, no sólo encabezando una pandilla de matones para el cártel de Juárez, sino también extorsionando a empresarios y realizando secuestros a cambio de grandes rescates, dijo Payán.
“Es el matón y el brazo financiero del cártel de Juárez”, dijo Payán, cuyas investigaciones se basan en artículos de periódicos y testimonios de residentes en esa ciudad del norte de México.
Payán dijo que los antecedentes policiales de Acosta explican cómo el cártel consiguió información de inteligencia usando a informantes dentro de la policía.
Su arresto pudiera tener un impacto en el número de asesinatos en Juárez.
“El era un jefe muy involucrado que participaba directamente en la administración y la organización, ordenando personalmente cada actividad y cada asesinato”, dijo Payán. “Esta pudiera ser la oportunidad que hemos esperado”.
Además, pudiera debilitar a un cártel de Juárez ya de por sí golpeado.
El cártel, encabezado por Vicente Carrillo Fuentes, ha sido superado por el de Sinaloa, dirigido por Joaquín “El Chapo” Guzmán, en una batalla de tres años por el control de los corredores de droga en la norteña ciudad. Carrillo Fuentes y su lugarteniente Juan Pablo Ledezma siguen prófugos.